La cumbre de los Veintisiete, que arrancó ayer en Bruselas, debatió por primera vez sobre la crisis de la vivienda en el Viejo continente. España, según anunció el propio Pedro Sánchez, puso sobre la mesa varias iniciativas. En síntesis, reclamó que se habilite un fondo específico para la construcción de viviendas protegidas en Europa, y medidas para frenar la compra de las que no estén destinadas a uso residencial, un aspecto que tiene una gran incidencia sobre el mercado inmobiliario balear.
Encarecimiento en diez años.
Por primera vez en una reunión del Consejo Europeo se ha incluido en la agenda la cuestión de la emergencia habitacional y Sánchez insistió en que se trata de una cuestión central para el Gobierno de España y quiere que lo sea también para toda la Unión Europea. El líder socialista también defendió que Europa proporcione palancas para poder actuar sobre las zonas tensionadas en las ciudades en las que el precio de la vivienda está sufriendo un fuerte incremento debido a la presión del turismo. Es importante señalar que durante la última década el precio de las casas en muchos estados miembros de la UE se ha incrementado un 58 % y en el caso español alcanza el 72 %. No anda equivocado Sánchez cuando advierte que la emergencia habitacional se ha convertido en un problema de ámbito europeo. Otra cosa es que sus recetas sean las adecuadas y que sus continuos anuncios se concreten en algo.
Baleares, el paradigma de la crisis.
Baleares es el paradigma de esta crisis. Se estima una subida acumulada de más del 80 % desde 2015. Tras la inacción del Pacte en materia de vivienda, Prohens ha decidido activar un plan de choque que, a grandes rasgos, pasa por construir y también agilizar los trámites para ello. No obstante, su estrategia requiere tiempo y la población crece cada año de forma exponencial. Es interesante que los Veintisiete aborden el asunto de la emergencia habitacional en Europa, pero lo realmente importante es que se adopten medidas y que sean eficaces.