El Tribunal Supremo decidió este jueves enviar a la cárcel de forma provisional y sin posibilidad de fianza a José Luis Ábalos, exministro socialista y durante mucho tiempo un ‘hombre fuerte’ de Pedro Sánchez, así como al asesor de Ábalos, Koldo García. El magistrado considera que, debido a las altas peticiones de pena que son de hasta 30 años, hay «riesgo extremo» de fuga de ambos. Se trata de una decisión de calado, que se marcará en la historia de España pues es la primera vez que un diputado nacional en activo entra en la cárcel. El instructor del ‘caso Koldo’ en el Supremo, Leopoldo Puente, detalla los «tres hitos» que le empujan a actuar así: que ya ha propuesto juzgarlos, ante «los consistentes indicios» de que cometieron graves delitos; «la extensión de las penas solicitadas», que «resulta tan relevante que se comenta por sí sola»; y la proximidad del juicio. En cuanto al riesgo extremo de fuga, el magistrado recuerda que ambos tienen contactos internacionales. En el caso de Ábalos de su época como ministro de Transportes con «particulares y empresas de otros países» (recordemos en este punto la extraña visita de la vicepresidenta Delcy Rodríguez a España para reunirse con Ábalos), además de disponer de «algún inmueble» en América Latina. En el caso de Koldo, el magistrado también menciona los contactos que hizo en su etapa como asesor.
Reacciones
Estamos ante un hecho político inaudito en la historia de España al tratarse de un diputado en activo que va a la cárcel. En el PSOE aparentan estar tranquilos y se limitaron a decir que «respetan» la decisión del magistrado, al tiempo que destacaron que actúan ante los «indicios» de corrupción. El PP, por su parte, ha convocado una concentración este domingo en Madrid para protestar contra el ‘sanchismo’ y la corrupción que rodea al PSOE. «Cuando todos los que le encumbraron entran en la cárcel, Sánchez debe salir de la Moncloa», expresó Feijóo.
Bloqueo y salida
La realidad es que el PSOE se encuentra a nivel político e institucional en una situación de bloqueo por los casos de corrupción que le rodean, además de no conseguir sacar adelante ninguna o casi ninguna de sus iniciativas en el Congreso. Cada vez son más las voces que piden elecciones generales y todo parece indicar que será la salida más adecuada.