La Audiencia Nacional decide hoy si adopta medidas cautelares y mejora las condiciones penitenciarias del preso etarra Iñaki de Juana Chaos, que cumple ya 79 días en huelga de hambre y cuyo deteriorado estado de salud puede llevar a una situación irreversible con resultado de muerte.
La decisión de la Sección Primera de la Sala de lo Penal es extremadamente delicada. Por un lado, debe evitar el fallecimiento del recluso y, por otra, no debe abrir la veda a otros reclusos que aspiren a conseguir su libertad provisional o suavizar sus condenas manteniendo una huelga tal y como ha hecho De Juana.
Esta decisión se enmarca, además, en un proceso político complicadísimo: ETA ya ha anunciado que protagonizará más atentados si se siente «agredida», Batasuna insta a la sociedad a movilizarse por la última sentencia contra Jarrai e insiste en que continúa la tregua; Otegi se reúne de nuevo con Ibarretxe y el PP sigue defendiendo contra todos el regreso al Pacto Antiterrorista.
La izquierda abertzale ya ha anunciado que si fallece De Juana el único culpable será el Gobierno por no atender las históricas reclamaciones de la banda terrorista. Si la Audiencia Nacional decide su libertad provisional o el arresto domiciliario sometido a vigilancia policial puede sentar un polémico precedente de consecuencias imprevisibles. Es más, podría interpretarse como la victoria de un chantaje iniciado por De Juana el pasado 7 de noviembre con su huelga de hambre, o un trato de favor hacia un preso acusado de 25 asesinatos, frente a otros reclusos condenados por penas mucho menores.
Sea como fuere, la decisión judicial que se adopte a lo largo del día de hoy puede sentar un precedente con un alcance enorme por cuanto determinará actitudes que pueden suavizarse o radicalizarse en el marco de una situación compleja por lo que se refiere al País Vasco y al terrorismo.