En estos días de verano en los que el calor hace estragos, la gente habla de las vacaciones y en los que los turistas vienen en masa, cae en tus manos un artículo que pasaría como otros sin pena ni gloria de no ser, que por lo que lees no das crédito y decides llamar al periodista que firma el relato.
Entonces es cuando entras en una esfera de indignación y repulsión por lo que te está explicando. No cabe pensar que artículos como este no tengan más trascendencia pues está describiendo un acto negligente de un guardia civil y que posiciona a la víctima en un grado de indefensión que no se puede permitir ni consentir.
Está muy bien hacer minutos de silencio y ponernos una chapa como acto de rechazo contra la violencia machista y los abusos sexuales a mujeres. Como instituciones tenemos que dar la talla y actuar de forma contundente e inmediata en cuanto conozcamos los hechos de vulneración de derechos a víctimas de agresión sexual o cualquier otro tipo de violencia sobre la mujer.
Es por esto que al ser conocedora de los hechos no dudé ni un momento en ponerme en contacto con Delegación de Gobierno y sorpresa, no sabían nada. No habían leído el artículo y por supuesto que iban a averiguar lo sucedido y a ponerse en contacto conmigo. No me han dado una respuesta aún, pero por mi parte si que quiero que se investigue lo sucedido. Por lo tanto he solicitado a los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado y a las instituciones implicadas en este caso explicaciones al respecto.
No podemos permitir estar alejados a la ciudadanía y por supuesto consentir que nadie diga que «a las cuatro de la tarde no violan a nadie».