Muchos políticos, de aquí y de allá, tienen por costumbre provocar un problema para luego salir como salvadores y resolverlos. El problema se produce cuando no pueden arreglarlo y quedan retratados. Los más irresponsables se atreven incluso a intentar resolver un problema sobre el que no tienen competencias. Ahí, además de irresponsabilidad, hay incompetencia y desconocimiento. La vivienda es el claro ejemplo de cómo se intenta resolver un problema sin tener la más mínima idea de cómo hacerlo. Salió el Consell hace meses, concretamente Viviana de Sans, como la gran salvadora del drama que viven muchos ciudadanos que no encuentran pisos para alquilar. Montaron unas jornadas inútiles y mantuvieron reuniones para llegar a la conclusión de que no podían hacer nada porque no el Consell no tienen competencias en materia de vivienda. No puede cambiar leyes, no tiene apenas pisos para alojar a familias sin casas, y el problema es que no saben ni por dónde empezar. Hace tiempo que desde este periódico se ha defendido que la actual Ley de Arrendamientos Urbanos permite los pisos turísticos porque no especifica cuánto tiempo debe alquilarse una casa. A partir de ahí los propietarios tienen mucho espacio jurídico para defender esta actividad, nos guste o no. Otra cosa es que los turistas armen altercados con los vecinos, invadan piscinas de comunidades de pisos, o ensucien las escaleras, pero la actual LAU dice lo que dice. Por eso me sorprende que ahora Podemos-Guanyem, con el apoyo del PSOE, proponga una moratoria para viviendas turísticas en rústico cuando tampoco tiene competencias en la materia. ¿No se cansan de meterse en líos inútilmente? ¿De verdad que no aprenden?
OPINIÓN | Joan Mestre
Una fábrica de problemas
J. M. | Eivissa |