Ses Feixes han ardido en directo a la vista de todos. Provocado, dicen. Me maravillo de que esto no haya ocurrido mucho antes, no por los pirómanos desatados y sensibles, sino por tamaña acumulación de residuos en una zona ávida de la llama.
No recuerdo haber visto jamás estas feraces huertas delimitadas por hermosos portales de feixa, limpias de polvo y paja. Al menos sabemos documentalmente que cuando vino el Archiduque Luis Salvador de visita a Ibiza, a finales del siglo XIX, lucían con el sobrio estilo y ordenada limpieza de los payeses de regadío.
Estas técnicas loadas hoy en todo el mundo emergen en tiempos arcaicos cuando Ibiza estaba en las expertas manos fenicias. A algunos les gusta hablar de moros, pero es porque les cuesta adentrarse en el pasado remoto de la isla, en torno a dos mil años antes de Cristo. Todo el complejo de Ses Feixes es de origen fenicio-cartaginés y de sus portentosos artesanos que sabían todo lo referente al agua y a su uso. Sin descartar aportaciones moras posteriores.
Hay cosas que nunca cambian en Ibiza. O son inimaginables o son imposibles. Una de ellas es la enrevesada trama de basuras de Ses Feixes. Pero hay muchas otras: la limpieza de carreteras, acequias, torrentes y bosques.
Hoy estaba recordando aquel IVA súper reducido que prometió Rajoy. ¿Lo ha visto alguien? Lo subieron del 8 al 10. El final de obra del Castillo para inaugurarlo como Parador, la defensa del territorio y una larga lista que va apareciendo en la prensa de vez en cuando.
Ahora solo se imponen los hechos: la avalancha de pinos que lo infesta todo y de turistas rebotados que toman la isla por asalto y hacen saltar todas las estadísticas.