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OPINIÓN | Vicente Juan Segura, Obispo de Ibiza y Formentera

Fiesta de San Cristóbal

| Eivissa |

Mañana, lunes día 10 es la fiesta de San Cristóbal, santo mártir, patrono de los conductores los conductores en general. Así San Cristóbal se ha convertido en la imagen común de muchos coches y camiones, escenificando la conciencia de responsabilidad de todos los conductores. Es como una especie de “ángel de la guarda” que aconseja prudencia a todos los que se ponen delante de un volante.

Aquí en Ibiza ese día celebramos primero una Misa en el Monasterio que lleva el nombre de San Cristóbal en Dalt Vila; después otra celebración en Es Cana, donde la capilla también está dedicada a este santo. Y por la tarde, en Vila la Asociación de Vecinos de Sa Capella también organiza una Misa y bendición de coches, actos que en otros pueblos de nuestras Islas también se hacen.

Acercándose, pues, esta fiesta, cada año la Conferencia Episcopal Española convoca una Jornada de Responsabilidad en el Tráfico, que este año tiene como lema “Loado seas, mi Señor, también por los medios de transporte”, animando y ayudando a que los profesionales del volante y a todos los conductores, para que, con responsabilidad, eviten toda clase de accidentes, pues, como dice el papa Francisco, ¡toda vida es sagrada!
En Ibiza y Formentera hay muchas, muchísimas personas que conducen bien, que cumplen las normas y de esa manera el tráfico es bueno, bonito y seguro. Sin eso, nuestra vida no sería igual y diariamente nos beneficiamos de ello y los recorridos y distancias no son problemas. Que esta fiesta de San Cristóbal nos anime a ser buenos cumplidores de las normas y así salgamos contentos a la calle a cumplir las normas y obligaciones y a ver cómo las cumplen también bien los demás. Que el Señor bendiga nuestros vehículos, y cuando los usemos, por trabajo, necesidad o descanso, no olvidemos las palabras del papa Francisco: « ¡Toda vida es sagrada! Hagamos que las carreteras sean seguras y resulten una prioridad. Para salvar vidas, reduzcamos la velocidad».

Felicidades y apoyos, pues, a esa buena gente que conduce bien, que cumple las normas, que su conducción es segura para ellos y para los demás.

Y por desgracia, al lado de esa mayoría inmensa de gente que conduce bien y respetando las normas en vigor, no falta una minoría que no cumplen las normas y, en consecuencia su actividad conductiva es un peligro y una infracción. Uno va camino del aeropuerto, de San Antonio, de Santa Eulalia… y mientras disfruta de ver toda la gente que conduce bien no falta alguno que no respeta el límite de velocidad, que no cumple las normas de adelantamiento donde la línea conjunta lo prohíbe, etc. Y en consecuencia eso es un peligro. Ojalá dispusiéramos de más policía para controlar y evitar esas acciones peligrosas e ilegales. Y no falta tampoco quien aparca donde esta legalmente y coherentemente prohibido por las autoridades de una forma digna y aparcando así ponen dificultades al paso de los otros. En fin, son pocos los que no cumplen las normas pero la dificultad para los demás queda así evidente.

Que esta fiesta nos haga tratar de ser todos y en todas partes personas que cumplen las legítimas disposiciones, y que de ese modo el tráfico sea siempre una cosa buena y digna, segura y coherente y nunca un peligro para nadie. Y que no nos falten dignas y buenas autoridades que hagan cumplir las normas legales para bien de todos los demás y ayuda correcta a los dignos usuarios.

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