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OPINIÓN | Nito Verdera

La ecotasa del Govern balear

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El Govern balear ha previsto que en 2018 se recauden 120 millones con la ecotasa, impuesto de turismo sostenible de tres euros por persona y día y que fluctuará entre uno y cuatro euros, y también lo pagarán los cruceristas. El caso es que la ecotasa se duplicará entre mayo y octubre, meses en que tenemos la mayor presión turística. Sin embargo, los hoteleros no están de acuerdo con la subida y el Govern se reunirá con los turoperadores en la World Travel Market para explicarle la subida del impuesto, que se celebrará en Londres entre los días 5 y 9 del próximo mes de noviembre. En cualquier caso no se doblará la ecotasa en temporada baja para favorecer el turismo. Ahora ya se sabe que el dinero de la ecotasa en Eivissa se destinará a cuatro proyectos con presupuesto de 7,6 millones de euros, de los 37 que se han habían demandado, y Formentera recibirá 2,1 millones de euros. Pero resulta que hay muchos expertos que solicitan que el impuesto turístico sea gestionado por los ayuntamientos, como se hace en otros países europeos, de manera que repercuta directamente sobre los municipios. Dicho de otra manera: así las islas Pitiusas se podrían librar (un poquito) del yugo económico a que nos tiene sometidos Mallorca.

El caso es que la ecotasa se dice ‘City tax' en Europa y en París se cobran 0.22 euros por persona y noche en campings y alojamientos de menor categoría y puede llegar a 4,40 en hoteles de más categoría. En Ámsterdam se cobra un impuesto del 5 por ciento del precio del alojamiento, al igual que en Berlín, mientras que en Viena se cobra el equivalente al 3,2 % de precio de estancia. En la ciudad de Praga el gobierno local cobra 0,5 euros por persona y noche y en Budapest oscila entre 1 y 2 euros también por persona y noche. En Lisboa cobran un euro al día, en Roma puede llegar a 7 euros y en Milán entre 2 y 5 euros por cada noche. Naturalmente, repito, la recaudación de la ecotasa en Europa se ingresa en las arcas municipales y aquí y ahora en nuestra CAIB lo hace el Govern, que después el Govern la reparte como le parece y los partidos políticos callan y otorgan.

A mi entender, los políticos ibicencos deberían unir esfuerzos en el Consell Insular y en el Parlament de Balears y reclamar que el impuesto turístico que los visitantes pagan en los alojamientos hoteleros se destine a los municipios, que ya sabrán la manera de invertir dicho impuesto. Y de paso, también podrían plantear que el Consell de Mallorca financie el sistema ferroviario, que ahora pagamos todos los residentes en Baleares. Y por qué tenemos que tenemos que contribuir, pregunto, los que vivimos en Eivissa y Formentera ya que no disfrutamos de dicho medio de transporte. Lo lógico, pienso, es que cada palo aguante su vela. ¿Verdad?

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