Esta semana han descubierto el cadáver del joven médico desaparecido en Madrid. Lo han encontrado a la vez que el cadáver de otro chico, los dos con síntomas de haber sufrido una sobredosis por estupefacientes. Es vergonzosa la banalización que se hace de las drogas en el ambiente homosexual donde se ve como algo casi normal que alguien salga de fiesta y se drogue, tenga sexo y se drogue o simplemente se drogue sin más. Cocaína, MDMA, GHB, mefedrona, cannabis o speed son sustancias que se mueven alegremente en el ambiente homosexual. Con el cierre de muchos locales y el cambio de costumbres ha hecho que aplicaciones de ligue como Grindr o Scruff se hayan convertido en los nuevos supermercados de las drogas para hombres que buscan sexo con otros hombres. Unos buscan colocón, otros tener una sesión de sexo que dure varios días, otros no quedan si no hay drogas de por medio. La facilidad para pillar drogas es pasmosa. ¿Por qué no atajan esto los propietarios de estas apps de ligue? Si la venta es tan descarada ¿Por qué la policía no hace nada en serio para acabar con esto? Algo tendrá que ver el consumo de drogas con el alto índice de suicidios entre la población homosexual. En los últimos cinco años han fallecido por suicidio y/o sobredosis siete personas que yo conocía y no es casual que todas y cada una de ellas fuesen consumidores habituales de drogas. Los daños psicológicos que provocan las drogas son muchas veces letales. Nadie controla. Por no hablar de la responsabilidad que tienen las drogas en el alto índice de contagios de VIH y otras infecciones. Muchos se rasgarán las vestiduras al leer esta columna y dirán que no es algo sólo entre gays y es cierto pero la politoxicomanía que se da en determinados ambientes es alarmante y si en vez de mirar hacia otro lado empezamos a hacer algo nos irá mucho mejor a todos como colectivo. Se puede vivir sin drogas, salir de fiesta o tener sexo sin aditivos y es algo maravilloso que hay que disfrutar.
OPINIÓN | Chema Ferrer
Las drogas y el ambiente
Ch. Ferrer |