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Opinión/Jesús García Marín

Escrache con forma de PGE

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No sé por qué me da que los PGE (Presupuestos Generales del Estado) le importan una higa a Junqueras, salvo en aquellas partidas dirigidas al posprocés, esas le interesan y es posible que de eso dependa su apoyo a la presidencia bicéfala de Iglesias&Sánchez. No entro en la necesidad que tiene a toda costa Sánchez de no seguir tambaleándose en el poder, pero desde el punto de vista democrático, incluso jurídico, es casi cómico lo que está sucediendo en España. Tenemos a un antisistema (eso sí, con mansión) que es ya «presidente» del sistema (con su valido Sánchez) y al que se le encarga, no el Parlamento sino Tesinando Sánchez, algo tan importante como la negociación de los presupuestos de 2019 y de los más de doscientos mil millones que ha recaudado Hacienda, y ese señor se va a la trena a chanchullear con uno que está preso preventivo por declarar la independencia unilateral de menos de la mitad de los catalanes, y por querer enviar a España al garete, incluso tenían planes, como ha encontrado la policía de verdad, para enviar mozos de escuadra a las fronteras del Ebro y no sé si del Tajo o de Tagomago (Païssos). Que el Gobierno de España depende del PNV, que ya ha dicho que respalda los presupuestos a cambio de más concesiones, está claro, y que depende de ERC y de la decisión de un líder encarcelado por el propio Gobierno de España (el anterior, con el apoyo explícito del PSOE, art. 155), también. Resulta aberrante que la gobernanza de España la ejerzan de doctores que no han sido elegidos por la mayoría, que se atribuyen, sin elecciones ni nada, un supuesto mandato de los españoles para negociar los PGE con uno que está detenido y con otro que es prófugo en Bélgica.

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