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Opinión / Juan Mestre

Silencio cómplice

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Durante años había un grupo de personas que prometían cambiar las cosas. Y de hecho había muchas cosas que cambiar en la sociedad. La historia demuestra que hay momentos en que se debe transformar la sociedad y siempre ha habido un grupo de personas que han encabezado movimientos que, de forma a veces involuntaria, han promovido cambios históricos. Ocurrió en mayo del 68 cuando un grupo de estudiantes parisinos lograron importantes cambios sociales en toda Europa. En España surgió el 15-M con ideas interesantes para cambiar los privilegios de los políticos. Todas las propuestas que hacían tenían su lógica, aunque lo que realmente buscaban (y el tiempo lo ha demostrado) era llegar al poder. Una vez alcanzadas las instituciones, que por otra parte es una aspiración legítima, empezaron con un discurso contundente, similar al que hacían en las plazas contra los privilegios de políticos, los bancos, los empresarios y a favor de los trabajadores. Pero en el siguiente paso, una vez en el poder, todo lo dicho se ha difuminado en cuestión de mes y medio. Hay algunos casos escandalosos, pero citaré tres: la propuesta de nombramiento de la fiscal general del Estado, la elección de la exministra Beatriz Corredor para presidir Red Eléctrica, y el caso de los menores tutelados prostituidos en Mallorca. ¿Y qué han dicho los dirigentes de Podemos? ¿Ha habido alguna voz discordante contra lo que ellos mismos criticaban? Silencio cómplice, ni un simple tuit. De poco sirve que una dirigente podemita de Ibiza emita vídeos absurdos para ganar seguidores en las redes sociales con el fin de satisfacer su ego. Si en mes y medio han consentido lo que criticaban, ¿qué serán capaces de tragar en lo que queda de legislatura? Pues me temo que todo y más. Y eso el electorado lo suele hacer pagar caro. Donde dije digo.

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