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Opinión / Mechthild Fulde

Naturaleza y confinamiento

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Ibiza y Formentera tienen una naturaleza privilegiada que puede ayudar mucho a mitigar los efectos físicos y psicológicos que conlleva el confinamiento forzoso. Con responsabilidad, claro está. Somos conscientes de que el estado de alarma es fundamental para luchar contra la propagación del coronavirus, pero la restricción de libertades bien podría tener un límite más amable en las Pitiusas, algo más de confianza en sus residentes.

Diversos estudios señalan un posible daño neuronal a los niños por estar encerrados entre cuatro paredes. Entre los adultos, la ansiedad se está disparando y eso puede tener graves consecuencias. Las madres somos perfectamente responsables para poder sacar a dar un paseo a nuestros hijos, adoptando todas las medidas de seguridad convenientes y evitando cualquier tipo de reunión o juegos colectivos. También pensamos que se puede ir a la playa, e incluso nadar, el que se atreva ya que ahora está bastante fría, correr por el campo y mitigar el sentimiento trágico gracias a la belleza de la bendita naturaleza que tenemos donde vivimos.

No podemos comprender que, mientras nos impiden cualquier esparcimiento en el exterior, se permitan obras con trabajadores en peligrosa cercanía, y que encima los ruidos de tales obras impidan que podamos llevar a cabo la escuela en casa para nuestros hijos. Es un sinsentido.

En la mayoría de países de Europa se permite salir a correr o pasear, saben que es la mejor forma de combatir la neurosis. Lo que se prohíbe terminantemente, bajo pena de fuertes multas, es cualquier tipo de reunión. Es una lucha de todos y se confía en la responsabilidad individual. Así el confinamiento es más llevadero y el estado psicológico no sufre tan terriblemente. Es una cuestión de salud mental.

Solicitaríamos a las autoridades que se tengan en cuenta nuestras observaciones, pues, ya que el confinamiento va a seguir mientras sea necesario, hagámoslo al menos un poco más humano. Y la posibilidad de salir de casa y tomar el aire, siempre –repetimos— siendo responsables en la actual situación de emergencia, ayudaría a subir el nivel de consciencia para no volvernos locos.

Queremos aprovechar la oportunidad que nos da este medio para agradecer de todo corazón los esfuerzos titánicos del personal sanitario, comerciantes que abren y la labor de las fuerzas y cuerpos de seguridad y del estado.

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