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Opinión

Atropello a la igualdad y a los derechos lingüísticos

Un aula de Baleares. | Archivo

| Ibiza |

La pasada semana el Govern de Armengol consumaba, con la aprobación de su Ley de Educación, uno de los mayores atropellos a la calidad educativa, a la igualdad de oportunidades y a los derechos lingüísticos de todos. Una Ley de Educación autonómica sectaria, politizada y excluyente. Una Ley que conlleva demasiadas cesiones a los socios de gobierno del PSIB-PSOE y que ya se presentó como un misil dinamitando cualquier atisbo de consenso excluyendo de inicio el castellano como lengua vehicular o posicionando la enseñanza concertada como subsidiaria de la pública y no como complementaria.

Para empezar, partimos de que la Ley de Educación de las llles Balears se construye sobre la base del parcheado que hizo la LOMLOE a la LOMCE y a la LOE. Atenta contra la libertad educativa de las familias. Se pliega ante el modelo de ingeniería social de Podemos primando el requisito de proximidad para la escolarización, obstaculizando así la igualdad. Y con este objetivo de garantizar la igualdad de oportunidades como pilar básico de nuestra Educación, desde Ciudadanos seguiremos defendiendo la zona escolar única y la libre elección de centro.

De igual modo, esta Ley no respeta a casi el 30 % de alumnos de estas Islas, los que cursan sus estudios en centros concertados, colocando la enseñanza concertada como suplementaria de la pública y no como complementaria que es lo que es. Es importante aclarar, que defiendo firmemente una educación pública de calidad y a la vez defiendo la libertad educativa, amparada en el artículo 27 de la Constitución, que garantiza el derecho a las familias a elegir el centro y el sistema educativo para sus hijos.

Además, esta Ley perpetra, como hace la LOMLOE, el atropello al mérito y al esfuerzo con la trampa de la promoción con suspensos para reducir el fracaso y el abandono escolar que nos exige la Unión Europea. Cargándose así la equidad y la calidad educativa.

No comparto tampoco su particular visión sobre la inclusión de la diversidad solo en centros ordinarios. De nuevo no respetan el derecho de las familias a elegir si quieren escolarizar a sus hijos con necesidades especiales en centros ordinarios o en centros de educación especial. Y además no garantiza los recursos necesarios para poder llevar a cabo esa necesaria inclusión.

¿Y por qué esta Ley consuma un atropello a los derechos lingüísticos? Porque reconoce solamente el catalán como única lengua vehicular y blinda la inmersión lingüística, propiciada por el Decreto de mínimos del PP, dejando la libertad a los centros educativos para establecer su porcentaje de horas lectivas impartidas en castellano y en catalán regulando que al menos el 50 % de las horas lectivas se impartirá en catalán.

Estoy convencida de que la inmersión basada en la imposición es negativa; persigue el sueño del monolingüismo, excluye el castellano y no deja espacio para el inglés. En pleno siglo XXI este Govern tiene un modelo lingüístico de los años 90. Por eso desde Ciudadanos apostamos por un modelo plurilingüe con las dos lenguas oficiales de nuestra Comunidad como vehiculares con la introducción del inglés y que garantice también el derecho de las familias a matricular a sus hijos en lengua materna en primera enseñanza y asegurar que al acabar la enseñanza obligatoria se tenga pleno dominio en registro formal y culto de las dos lenguas oficiales, más un buen nivel de inglés. Y un modelo que fomente el conocimiento y el estudio de nuestras modalidades lingüísticas insulares que son vetadas por este Govern, por el PSOE, Unidas Podemos, Més per Mallorca, Més per Menorca y por El PI con su imposición de la unidad de la lengua catalana.

Al final, cuando se hace de la educación un arma electoral, no se está a la altura de los ciudadanos. Siempre he defendido que la Educación debe abordarse como lo que es, un asunto de Estado y no de partidos. Para que la educación sea una herramienta eficaz para la igualdad de oportunidades y no para dividirnos en bandos.

La educación, es la gran revolución pendiente y es la mejor inversión de futuro; pero educación de calidad basada en la excelencia, que promueva el talento, que no discrimine ni deje a nadie atrás, que fomente la convivencia y el respeto a la diversidad, que no sea utilizada para la imposición ideológica ni para la construcción identitaria. Por que estoy convencida que sólo con una educación de calidad, puede garantizarse la igualdad de oportunidades. Nuestros hijos son nuestro futuro y nuestro mejor activo tiene que ser el capital humano.

Lamento que este Govern, con su sectarismo y su politización de la Ley de Educación autonómica, vaya a seguir lastrando el futuro de los niños, de las niñas y de los jóvenes de las Islas Baleares; en definitiva, el futuro de nuestra Comunidad.

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