Qué difícil es reconocer el límite entre la niñez y la adolescencia a la hora de tratar algunas conductas. ¿En qué momento las travesuras o gamberradas de los niños pasan a ser acciones de incivismo denunciables? No es fácil lidiar con esta etapa clave que combina el fin de la infancia y el inicio de la fase adulta porque esta realidad supone para ellos un cambio permanente y acelerado que gira en torno al ocio y los amigos. A veces pensamos, o queremos creer, que estos jóvenes siguen siendo unos niños incapaces de cometer acciones perniciosas, pero en muchos casos el incivismo y la irresponsabilidad no entienden de edad, aunque estos adolescentes y los propios padres intenten escudarse en que son pequeños todavía.
Como decía antes, reconocer el límite es complicado, pero todavía es más difícil poner límites a unos jóvenes que consideran que pegar balonazos contra una sede judicial, mientras causan desperfectos en el edificio, o tirar botellas de plástico llenas de arena, es sólo una travesura. Cuando los usuarios de los Juzgados de Ibiza denunciaron a través de Periódico de Ibiza y Formentera este comportamiento por parte de los adolescentes, varios de los comentarios de los lectores hacían referencia a la falta de espacio para estos jóvenes; chicos que, según indicaron, sólo querían jugar al fútbol en esta zona. No obstante, tras las reiteradas acciones incívicas, no sólo son adolescentes que quieren divertirse, ya que el divertimento del juego ha dejado paso en los últimos meses a una gran falta de respeto tanto a los usuarios como a los trabajadores de la sede judicial, que ha convertido esta zona de Ibiza es una especie de ciudad sin ley. Ahora la pelota está en el tejado del Ayuntamiento de Eivissa, quien debe aplicar las medidas oportunas para paliar esta situación.