Se diría que estos días de fiestas entrañables son días felices, pero es una ensoñación. En mi experiencia, la Navidad es triste y la melancolía es el sentimiento que prima por encima de cualquier otro. Hablo de mi, lo que no significa que lo que vivo yo sea lo que experimenta todo el mundo. Pero verán, el día 23 falleció el padre de un buen amigo, después de haber estado ingresado en la UCI una semana. ¿Qué les parece? ¿Qué tal la Navidad para esta familia? Un espanto. En mi propia casa, mi padre, que tiene 89 años y al que habré visto llorar en contadísimas ocasiones en toda mi vida, no pudo contener las lágrimas en la cena de Nochebuena. Mi madre falta desde hace tres años y ya nada es igual. Supongo que le sucederá a más gente que están más presentes los que faltan en cada casa que los que están. Es inevitable y convivimos con ello, pero no todos lo digieren igual y en todo caso, no es fácil. Escribo esto desde Valencia, donde vinimos a visitar a mi familia política el día 25. Esta mañana hemos ido al hospital donde el mismo día de Navidad por la tarde ingresaron a la yaya de mi pareja. Un festival. Si, además, se te ocurre poner la tele, entonces ya te quieres morir. Entre guerras, accidentes aéreos y hundimiento de cargueros, son días tristes. Y es verdad que también es bonito estar con la familia, siempre que te lleves bien con ella, claro, porque si te pones a discutir a gritos, algo que algunos disfrutan haciendo, pues como que mejor estar en tu casa, solo y tan ricamente. Pero lo más importante de todo es tener salud y no visitar al médico ni los hospitales para nada de nada. Si falta la salud, falta todo. Y ya puedes tener dinero en el banco, que si no estás sano para gastarlos, te sirven de poco. Así, que déjenme que les desee felices fiestas y salud. Que pasen estos días tristes lo mejor posible y eviten discutir. Molts d’anys i bons!
Opinión
Días tristes
Joan Miquel Perpinyà | Ibiza |