Sant Jordi de ses Salines ha vivido este miércoles su día grande con una jornada repleta de tradición, devoción y un ambiente animado desde primera hora. A las 11 de la mañana ha dado comienzo la misa solemne en la iglesia del pueblo, presidida por el obispo Vicent Ribas. El lugar se encontraba completamente lleno, con las autoridades en primera fila y la Colla de Ball Pagès ocupando uno de los laterales.
Durante la ceremonia, el obispo ha saludado a todos los presentes y ha tenido palabras de recuerdo para los vecinos y vecinas del pueblo, así como una mención especial a los Jordis y Georginas. No ha faltado un emotivo homenaje al recien fallecido papa Francisco: «Era una persona muy querida, no solo por la cristiandad. Personas de otras culturas y religiones también lo tenían como referente». Y ha añadido: «Justamente muere el lunes de Pascua. Se ha unido a la gloria del Señor».
La iglesia estaba tan llena que algunas personas mayores se han acomodado en sillas auxiliares junto a los bancos. En los últimos bancos se escuchaban discretos intentos de pedir silencio ante el murmullo que llegaba desde fuera. Entre los asistentes, una madre sostenía el patinete de su hijo mientras este se inquietaba por la espera. Al final, han decidido salir. Una señora, detrás, se santiguaba al ritmo de los cantos del coro.
En el exterior, la vida seguía con su ritmo habitual de día de fiesta. Varias mujeres esperaban sentadas en el muro de la iglesia a que comenzara la procesión, mientras un hombre deambulaba con un ramo de flores buscando a alguien. No han falttado las rosas, que este año parecían multiplicarse en manos de vecinos. La tradición catalana de regalar una rosa en Sant Jordi se ha hecho un hueco en esta jornada festiva. Parejas, madres, hijas, amigos… muchos llevaban su flor como símbolo de celebración. Tampoco han faltado los comentarios espontáneos de vecinos: «Ui, y este mini pagès tan guapo», ha dicho una amiga al ver a un niño vestido con el traje tradicional.
Entre los asistentes, Catalina, vecina del pueblo desde hace más de treinta años, se ha mostrado emocionada al salir de la misa. «Yo no me pierdo este día. Hasta se me han escapado unas lágrimas. He traído a mi nieta, y verla vestida con la ropa ibicenca me ha hecho recordar cuando yo me vestía de joven. Además, me ha encantado ver a la gente con sus rosas. Aquí en Sant Jordi, aunque sea una tradición más catalana, la hemos hecho nuestra. Da gusto ver tanta participación».
Una vez terminada la misa, ha tenido lugar la tradicional procesión y un desfile de carros de la Associació de Carreters de Sant Josep. Después, el Grup Folklòric de Sant Jordi de ses Salines ha protagonizado el ball pagès.
El alcalde de Sant Josep de sa Talaia, Vicent Roig, ha detacado la importancia de esta celebración para el municipio. «Aquí estamos en Sant Jordi celebrando con sol, con un buen día y con buenos vecinos que han llenado la plaza. Es una de las fiestas más importantes del municipio, y aunque sea entre semana, el ambiente es el de un gran día». También ha agradecido a la comisión de fiestas, que ha sido recuperada recientemente, que «hace posible un gran programa que continuará durante las próximas semanas».
Bien!