Las berenjenas que encontramos en el mercado no son siempre las mismas. Existen varias variedades que ofrecen sabores y características diferentes, y que poco a poco se van haciendo un lugar en la cocina. Entre ellas destacan la berenjena blanca y la oriental, que aportan nuevas opciones para quienes quieren probar algo distinto.
La berenjena blanca es una variedad que proviene de Cataluña. Tiene un sabor más suave y dulce que la berenjena morada tradicional, y además se cocina más rápido. Esto la convierte en una opción práctica para preparar platos que requieren poco tiempo de cocción. Muchas personas que la prueban repiten porque el sabor es mucho más ligero y menos amargo, algo que puede resultar más agradable para paladares sensibles.
Por otro lado, está la berenjena oriental, que es más pequeña y alargada. Esta variedad se utiliza mucho para hacer encurtidos, ya que mantiene bien su textura. También hay una versión blanca de esta berenjena que se mancha un poco de oscuro, lo que la diferencia visualmente. Estas berenjenas no son tan comunes y es interesante encontrarlas en el mercado porque permiten experimentar con recetas diferentes.
Estas verduras son típicas del verano porque necesitan temperaturas altas para crecer bien. Necesitan riego constante para mantener la humedad necesaria. Una vez que las plantas están fuertes, se trasplantan al campo para aprovechar el calor del verano. La berenjena necesita temperaturas diurnas entre 25 y 30 grados y no tolera las heladas, por eso su temporada se limita a los meses más cálidos.
En cuanto a los precios, la berenjena blanca y las otras variedades similares suelen costar alrededor de 3,80 euros el kilo. La berenjena oriental, por ser una variedad más especial y menos común, se vende a unos 8 euros el kilo. Aunque es un poco más cara, muchos consumidores la buscan por su sabor y textura diferente.
Estas variedades son una buena opción para quienes quieren descubrir nuevos sabores y formas de preparar estas verduras.