Agosto es sinónimo de fruta jugosa y aromática, y pocas lo representan mejor que los paraguayos y melocotones, que ahora alcanzan su mejor punto de maduración. Aunque el precio varía en función del origen y el calibre, llegan a los mercados de la isla con sabor asegurados.
En el caso de los paraguayos, los de cosecha local se están vendiendo actualmente a 3,90 euros el kilo, según indican desde uno de los puestos del Mercado de Santa Eulària. Se trata de una fruta más aromática y dulce. Los que llegan de fuera —en su mayoría desde la península o de países como Italia— pertenecen a categorías distintas y suelen tener un precio algo inferior, aunque su sabor y textura no siempre igualan a los de aquí. En cualquier caso, «ahora todos están buenos, estamos en el mejor momento», asegura María, desde su puesto
Respecto a los melocotones, la situación es algo distinta. La primera tanda de producto local ya se ha agotado, algo habitual en esta época. Si el cultivo sigue el patrón de años anteriores, se espera que lleguen nuevas partidas en los próximos días o semanas, lo que permitiría seguir disfrutando de fruta de proximidad hasta bien entrado septiembre. Mientras tanto, los melocotones que se encuentran en los mercados ibicencos proceden mayoritariamente de la península —en especial de zonas como Murcia o Lleida— y se venden en torno a los 5,90 euros el kilo.
El tamaño también influye en el precio. Las piezas más grandes, más demandadas por su jugosidad, tienden a tener un coste algo superior. Sin embargo, en el mercado aseguran que incluso los medianos ofrecen una buena relación entre precio y calidad.
Tanto los paraguayos como los melocotones destacan por su alto contenido en agua y en vitaminas A y C, lo que los convierte en una fruta saludable y refrescante para estos meses.
¿Cómo elegir estas frutas?
A la hora de escoger paraguayos o melocotones, hay que fijarse en el aroma, que tiene que ser dulce, y en la piel, que tiene que ceder un poco al tacto pero sin estar demasiado blanda. Evita las piezas con manchas oscuras o zonas húmedas.
Una vez en casa, si aún no están del todo maduros, se pueden dejar unos días a temperatura ambiente. En cuanto alcancen el punto justo, lo mejor es guardarlos en la nevera, donde se conservarán entre tres y cinco días sin problema.
Estas frutas son perfectas para tomar frescas a cualquier hora, como postre, tentempié o incluso en ensaladas de verano.
«Ahora todos están buenos, es el mejor momento del año», subrayan desde el mercado. La recomendación de los fruteros es aprovechar la temporada para disfrutar de estos productos ahora que están en su mejor momento.