Si alguien esperaba un día de diciembre frío y desapacible, se ha equivocado de pleno. Este sábado amanecía en Ibiza con un sol radiante y una temperatura más propia de la primavera que del puente de la Constitución. Eso se notó en el paseo de Vara de Rey desde media mañana, donde había mucho ambiente, gente paseando tranquila mirando las paradas del mercado navideño y familias aprovechando para tomar algo en las terrazas.
En medio de ese trasiego, el punto de atención estaba en la Carpa de Nadal. El festival Eivicadabra tenía este sábado una de sus citas para el público infantil. El recinto estaba casi al completo, y lo curioso fue ver cómo, durante toda la actuación, no dejaban de entrar familias que, al ver el movimiento desde fuera, decidían sumarse al plan improvisado.
La maga Patri Zenner arrancó su espectáculo ‘La magia de la naturaleza’ caracterizada como una especie de elfa del bosque, donde rápidamente contectó con los niños, que pasaron de estar sentados en las sillas a participar en cuestión de minutos.
Uno de los momentos que más gustó fue el de las «pócimas». Zenner fue mezclando ingredientes en recipientes y, cuando nombró las cerezas del Valle del Jerte, el líquido se tiño de un rojo intenso que arrancó los primeros «¡hala!» de las filas delanteras. «Ha sido muy chulo cuando el agua se ha puesto roja de golpe», comentaba Javier Sanz, un padre que se ha quedado de pie en un lateral porque su hijo prefería ver el show desde sus hombros.
El espectáculo tuvo mucho ritmo. La maga no paró de interactuar, pidiendo a los pequeños que cantaran frases y conjuros con ella para que los trucos funcionaran.
El ambiente dentro de la carpa fue de pura diversión. Los niños no paraban de aplaudir, gritar para avisar a la maga y poner caras de sorpresa absoluta.