Poco parece importarle a la gente que la lluvia diera poca tregua en la jornada de este sábado. La gente se refugia como puede, pero no deja de disfrutar de la bebida, la comida y la compañía de las decenas de personas que han acudido a celebrar el medio siglo de vida de Can Toni Curreu. Ubicado en s’Argentera, a medio camino entre Santa Eulària y Sant Carles, han sido muchos los ‘feligreses’ que no han querido perderse la celebración de «uno de los pocos bares emblemáticos que quedan en la isla».
Así es como lo define Joan Marí, más conocido por todo el mundo como Juanito ‘Curreu’. Él ha sido la persona encargada del negocio desde el año 1985, «aunque estos últimos años he contado con el apoyo de mis socios». Precisamente él es el principal protagonista de una jornada festiva en la que todo el mundo le busca para transmitirle su cariño después de tantos años.
«Este bar se ha convertido en una especie de familia para mucha gente, especialmente quienes vienen de fuera», explica Juanito, quien asegura que la hostelería tiene un enorme componente de «trabajo como psicólogo». Sin embargo, toda esa carga de trabajo terminó por, en cierta manera, pasarle por encima: «He estado 33 años echando unas 16 horas diarias sin cerrar ni un solo día. Te sientes como si estuvieras en un túnel, del que no se ve el final».
Lo duro del sector hostelero es lo que provoca, bajo la opinión de Juanito: cada vez más gente decide abandonar el negocio para alquilarlo o traspasarlo. «Es muy sacrificado, entiendo perfectamente que la gente no quiera hacerlo», apunta Juanito.
Historia
El negocio lo abrieron, en 1975, su hermana María y su hermano Pere. No sería hasta diez años después cuando Juanito asumió la dirección del bar, con sus hermanos dedicándose a otros asuntos. Desde entonces, la gestión ha corrido a su cargo íntegramente, hasta hace seis años que comenzó a asociarse con sus trabajadores para que estos asumieran gran parte de la carga de trabajo y Juanito pudiera tener ese descanso tan merecido después de tantos años.
Sin embargo, la historia del lugar se remonta más atrás en el tiempo: «Antes de este bar teníamos un bar-tienda, que estaba muy de moda antes en Ibiza. Sin embargo, se quedó pequeño y pasó a ser todo tienda. Venía mi padre con lo que compraba en Vila y lo vendía aquí, como si fuera intermediario. Luego, en el 75, fue cuando se hizo el bar en esta ubicación, y volvería aquí al lado la tienda».
A caray, empareix que es més a prop de Santa Eulàlia que de Sant Joan, ja ja ja Enhorabona per és cinquanta anyets!