El próximo 2 de enero, a partir de las ocho de la tarde, las luces del Palacio de Congresos de Santa Eulària se apagarán, y una luz tenue acompañará un escenario principal que será testigo de una impresionante compilación de arte, danza, espectáculo y música. Lo hará con la interpretación de El Lago de los Cisnes, seguramente la representación de ballet más icónica que se pueda imaginar. La obra de Tchaikovsky, dividida en cuatro actos, embelesará al público de la mano de la compañía de danza International Ballet Company.
En esta actuación la gran protagonista, junto a al solista Alexandru Balan, será la multipremiada bailarina moldava Cristina Terentiev, considerada una de las intérpretes más completas de su generación. Ambos darán vida a la dualidad de Odette y Odile y la pasión del Príncipe Sigfrido con el apoyo de un cuerpo de baile de solistas procedentes de las escuelas más prestigiosas de Europa del Este.
Precisamente ella, Terentiev, ha atendido a Periódico de Ibiza y Formentera cuando apenas quedan unas 48 horas para su actuación en la isla, para hablar de su recorrido profesional, y de cómo se afronta un reto mayúsculo como es el ser la protagonista del ballet del Lago de los Cisnes.
Introducción en la danza
Su andadura en el mundo de la danza empezó muy pronto. Con apenas cuatro años sus padres le llevaron, en su Moldavia natal, a clases de ballet: «no era nada profesional en ese entonces, pero ahí aprendí los primeros pasos», explica. Dado su buen rendimiento, tras esa primera etapa, sus padres a los nueve años ya llevaron al colegio profesional de danza con un objetivo: que Cristina se convirtiera en bailarina profesional.
Ahí su formación se extendió por nueve años más, una etapa que no fue nada sencilla: «era muy duro, había que entrenar, ensayar y practicar mucho, se le dedican muchas horas. Sin embargo, me gustaba mucho el baile, así como competir en las diferentes modalidades», explica la bailarina, quien continuó su formación en la escuela profesional hasta los 17 años.
Y es que en el imaginario colectivo está la imagen de la dureza de la formación en el campo del baile. Una idea que se asemeja mucho a la realidad, según detalla la artista: «tienes que estar concentrado para todo lo que puede venir en el escenario, y para ello necesitas pasar muchas horas en el estudio, solo de esa manera puedes tener éxito».
El escenario
Y es que sobre el escenario, y ante la atenta mirada de decenas de personas, todo puede pasar, argumenta Cristina: «puedes encontrarte con un escenario que no sea cómodo, por muchos motivos, desde que las luces sean demasiado tenues, que el escenario sea algo pequeño, que no te sientas cómodo con tu compañero... Hay mucho trabajo detrás para que podamos estar listos para afrontar cualquier adversidad».
Con tan solo 17 años se convirtió en la protagonista principal del Teatro Nacional de Moldavia. Ahora lleva interpretando el Lago de los Cisnes desde hace más de 15 años, una obra que considera muy especial, por su carácter tan artístico: «la gente puede disfrutar, no solamente de los pasos y movimientos que posee en el sentido gimnástico, sino también en el artístico. Son movimientos muy lentos, muy sutiles, donde cada detalle tiene su significado. Por ello, es importante que el público entienda el valor artístico», asegura Cristina.
Para estar preparada para una pieza así, detalla, es necesario una formación constante: «cada vez que salgo al escenario supone un reto tanto a nivel físico, como mental, artístico, técnico... sigo mejorando cada año mi nivel preparándome al máximo, sigo leyendo sobre cómo ser la mejor bailarina profesional posible, viendo vídeos para optimizar mi nivel, no dejo nunca de aprender e instruirme en la danza».
La actuación
Antes de subirse al escenario, su actividad también conlleva una exhaustiva puesta a punto: «hay que hacer una preparación a nivel mental, para estar preparado de cara al espectáculo y la multitud de bailes y movimientos que se tienen que realizar, es importante tener la disposición correcta. También a nivel físico hay una preparación, siempre como algo antes de salir para tener algo de energía. Además, tiene que estar todo listo en lo referente al vestuario, el maquillaje... son muchos detalles que cuidar».
Sobre la isla, no será su primera vez actuando en ella, ni mucho menos. Vienen a Ibiza desde hace diez años, y asegura Cristina que «es un placer poder conocer una isla con tantos sitios bonitos». Aunque asegura que sea «una pena porque no poder tener todo el tiempo que nos gustaría en ella», está convencida de que «el poco tiempo que tenemos lo aprovechamos muy bien para visitar la isla».
Además, expresa su alegría de poder volver a interpretar en Ibiza, en una isla en la que el público «siempre se vuelca con la actuación y responde muy bien. Se involucran mucho en la obra y nos transmiten muchos mensajes positivos».