A la presentación de la nueva subestación eléctrica y el cierre definitivo de la turbina des Ca Marí han acudido representantes vecinales que han mostrado su enorme emoción por un cierre que «llevaban años y años reclamando». Rita, una de las vecinas que ha ejercido durante estos años como una suerte de representante, ha apuntado que «hemos estado luchando una veintena de años para que nos quitaran la contaminación, el ruido y el malestar. Gracias al apoyo de los vecinos y por nuestro esfuerzo, porque sin ello no habríamos llegado a estar donde estamos».
Esta vecina ha calificado como «un sueño» el conseguir este objetivo, que supone «un bien para toda la isla, no solo para los vecinos des Ca Marí».
Y es que Rita ha llegado a emocionarse a y a terminar su intervención entre lágrimas a la hora de explicar cuales era los efectos de convivir tan cerca de esa turbina: «Era como estar cerca de un motor de avión. Te provocaba mucho malestar, muchos nervios. Entre los motores y la turbina teníamos que estar siempre dentro de casa, pero si salíamos teníamos mucho humo. Terminábamos teniendo que irnos de casa, por no poder aguantar toda esa presión y ese ruido durante seis meses al año. En invierno, cuando se hacían obras, también había ruidos de obras. Llegar de trabajar sabiendo que ibas a tener que aguantar todo eso... han sido años muy duros».