Nada más atravesar las puertas del recinto ferial del Consell Insular, un agradable olor a chocolate invade el ambiente. Procede de un estand próximo, instalado por una pastelería dedicada a las exquisiteces. Es uno más entre los 34 que forman la muestra «Alimentació 2000», la mayor feria de los productos de alimentación y hostelería de as Pitiüses, que ayer abrió sus puertas al público.
La presidenta de la máxima institución pitiusa, Pilar Costa, se encargó de cortar la cinta conmemorativa. Le acompañaban el vicepresidente del Consell Insular, Vicent Tur, y el conseller de Comerç i Indústria, Josep Marí Ribas, quien se encargó de recordar la importancia de esta muestra para nuestra economía, basada principalmente en el sector de la hostelería. De hecho, según el conseller, las Pitiüses importaron en 1999 nada menos que 150.000 toneladas de productos agroalimentarios; sin embargo, las exportaciones fueron, como de costumbre, más bien escasas. Marí Ribas indicó que la feria es «el marco perfecto para que los empresarios cierren negocios», para tener sus establecimientos bien surtidos de cara a la temporada turística que se acerca.
Una vez finalizados los parlamentos, la comitiva oficial se desplazó a lo largo y ancho del pabellón ferial, interesándose por todos los productos que se exponen. Sa Colla de ball pagès de sa Bodega acompañó a la presidenta durante una parte del trayecto, mientras tocaban algunos fragmentos de canciones populares.
En esta feria participan la mayoría de empresas distribuidoras y productoras de alimentos que operan en las Pitiüses. En cada uno de los estands se han dispuestos varias muestras de las marcas que ofrecen a los compradores. Entrar en la muestra y no salir empachado resultará complicado para todos los que padecen de gula. A pesar de todo, los primeros días de la feria la entrada será exclusiva para los profesionales de la restauración; el fin de semana, podrá visitarla cualquier persona.