Los alcaldes de las corporaciones locales pitiusas coinciden en una cosa: actualmente, uno de sus mayores quebraderos de cabeza son las fiestas ilegales. La directora insular de la Administración General del Estado, María Encarnación Sánchez-Jáuregui, ha conocido esta queja generalizada en las reuniones que desde el 6 de julio -fecha en que tomó posesión de su cargoha mantenido con todos los equipos de gobierno locales. Con esos encuentros, la directora insular pretendía, a partir de un espíritu de «comunicación y colaboración cordial con el resto de instituciones», conocer todos los problemas que aquejan a los ayuntamientos.
Tras esa ronda ha llegado a tres conclusiones: casi todos los consistorios se sienten abrumados por el incremento de fiestas ilegales; la «problemática» de cada municipio es diferente, y la mayoría de los problemas salen a relucir sólo en verano. Ante esta situación, considera que se deben adoptar tres medidas: tratar cada problema de forma individual, convocar reuniones en invierno para buscar soluciones a los problemas del verano, y, principalmente, crear las juntas locales de seguridad donde no existan (Santa Eulària, Sant Joan, Sant Josep y Formentera) y reactivar las existentes (Eivissa y Sant Antoni).