El entusiasmo con el que los progresistas presentaron ayer los proyectos que se ejecutarán con fondos de la ecotasa contrastaba con las críticas de los conservadores. El conseller popular Pere Palau arremetió contra la distribución del impuesto porque «discrimina» a Sant Antoni y a Santa Eulària, donde, salvo en la zona de ses Feixes que afecta a esta última localidad, no llegará un solo euro. Palau también considera que parte de los proyectos no cumple la finalidad para la que se creó la ecotasa: «No veo que se mejore ninguna zona turística», dijo.
En su descargo, el conseller insular de Turisme, Josep Marí Ribas, Agustinet, recordó que ésta es sólo la primera fase, que durará tres años, y que acabada habrá otras en las que se podrían beneficiar esos dos consistorios. En ese sentido, Palau insistió en que «ni Sant Antoni ni Santa Eulària pueden esperar tres años». Respecto a Sant Josep, probablemente el municipio donde se destinará más dinero, el conseller popular señaló que no ha salido tan beneficiado: «Posiblemente, los proyectos previstos no coincidan con los que pidió el Ayuntamiento».
También salió «cabreado» del salón del plenos del Consell Vicent Marí Prats, edil de Democràcia Pitiusa en el Ayuntamiento de Sant Antoni, quien charló durante largo rato con el presidente del Govern, Francesc Antich, para recordarle que la bahía de Portmany también existe.
Quien no dudó en mostrar su satisfacción, en alabar al Govern y al Consell, por insólito que parezca, y en participar en el acto como uno más fue el conseller del grupo mixto Joan Buades: «Le he dicho al presidente Francesc Antich que es lo mejor que ha hecho el Govern en las Pitiüses en tres años», subrayó entusiasmado.
Joan Carles Palerm, presidente del Grup d'Estudis de sa Naturalesa (GEN), elogió los proyectos previstos, pero advirtió de que hay uno, el centro de talasoterapia, que no encaja con el espíritu de la ecotasa y que difícilmente respaldará su asociación.