Las raíces y orígenes del pareo, una prenda que se ha convertido en bandera internacional en el atuendo veraniego en los últimos años, se remonta a 1500 a.C, concretamente a Egipto, donde los estudiosos de la moda creen que apareció por primera vez, aunque también existen versiones que sitúan su origen en India. Esta prenda, conocida en la actualidad por ser una de las mejores aliadas tanto del hombre como de la mujer a la hora de acudir a la playa, gana cada año adeptos: «La verdad es que los pareos son una de las prendas que mayor salida tienen cada verano porque son prendas sencillas, cómodas y que dan mucho juego a la hora de ponérselas», explica Silvia, dependienta en una de las decenas de tiendas de ropa de la Marina.
Aunque existen diferentes versiones, la mayoría de estas piezas de tela de vivos colores y estampados de forma cuadrada o rectangular, se caracterizan por estar rematadas por flecos que le dan un toque de elegancia.
Los pareos, que ya forman parte de las colecciones de verano de los diseñadores y firmas más prestigiosas del mundo, originariamente son teñidas y decoradas mediante un proceso que actualmente se realiza en Indonesia y Malasia denominado batik, un arte ancestral en el que los dibujos se pintan a mano antes de lavarlos y secarlos al sol aportando el toque desteñido tan conocido.
La forma de ponerse un pareo es muy personal y existen muchas versiones, dependiendo de cada usuario de esta prenda tan estética que, aunque hace unos años se utilizaba para tapar las imperfecciones y partes del cuerpo imperfectas, últimamente se ha convertido en aliada de las curvas de los cuerpos más sugerentes.