D esde hace unos cuantos cursos parte de los alumnos del Quartó de
Portmany viven la víspera del día grande de las fiestas en honor a
San Antonio Abad de una manera especial: visitando la iglesia y
Archivo Parroquial de la localidad para conocer con más detalle
hechos históricos y características de sus antepasados escuchando
las explicaciones de Marià Torres, catedrático de Catalán del
centro educativo y uno de los mayores conocedores de la historia de
la Villa de Portmany.
Ayer, cinco grupos de alumnos de 1º de ESO y 2º de Bachillerato
visitaron distintas zonas del templo: los de ESO la tribuna y torre
de defensa de la iglesia, y los de Bachillerato el Archivo
Parroquial para conocer de cerca la riqueza documental sobre Sant
Antoni guardada celosamente durante siglos.
Este taller práctico de Historia comenzó pasadas las 9'30 horas.
Marià Torres hizo una breve introducción a los estudiantes para,
acto seguido y en varias tandas, conducirles por uno de los accesos
a la iglesia especiales y habitualmente cerrados al público.
Concretamente por una puerta situada bajo eporxu, junto al despacho
parroquial desde donde, a través de una estrecha escalera, los
jóvenes se introdujeron en la tribuna de la iglesia. «La iglesia
era un edificio defensivo desde el que se vigilaba la entrada de
fragatas y embarcaciones invasoras y que también servía, en caso de
conflicto, de refugio. Aquí había antiguamente unas pequeñas
habitaciones en la que vivían las familias en tiempos de guerra»,
narró Torres al primer grupo de jóvenes visitantes. «Si os fijais
las ventanas son muy pequeñas y estrechas y tienen mucha
profundidad. Eso era debido a que desde ahí se vigilaba y, si era
preciso se disparaba en caso de invasión», señaló antes de subir a
la zona del campanario donde explicó el sistema de vigilancia entre
torres y el código con humo para avisar del peligro entre la Torre
de Comte, la de la iglesia, la de Can Muxonet y Can Costera.
E. Estévez