JOSÉ MIRANDA
A primera hora de la mañana nada permitía aventurar a los populares
una victoria de semejante magnitud; de hecho, las encuestas
publicadas en los últimos meses mantenían la paridad de fuerzas en
Eivissa (un equilibrado seis escaños a seis en la cámara insular)
dejando la llave del gobierno pitiuso de nuevo sobre el asiento que
corresponde a Formentera, que previsiblemente, y dada la holgada
victoria anterior, lo mantendría. Al final, el intenso trabajo de
campaña desarrollado por las filas del PP y los aires generales de
ascenso de los conservadores en todo el país dieron anoche sus
frutos y la formación no sólo se hizo con el esquivo escaño
formenterés sino que arrebató uno más a sus contendientes en la
disputa de la isla de Eivissa. El resultado final, un ocho a cinco,
deja fuera a Els Verds, que desde 1995 han contado con un diputado
autonómico y conseller, una debacle que pone en serios aprietos a
esta ya casi histórica opción política y abre serios interrogantes
acerca de sus posibilidades futuras.
De esta manera, Pere Palau será durante los próximos cuatro años
presidente del Consell Insular en una legislatura en la que muchas
cosas de importancia están pendientes, entre ellas, el Plan
Territorial Insular, un compendio que debe dar forma definitiva al
futuro crecimiento urbanístico de la isla y al que tantas críticas
lanzaron cuando estaban en la oposición. También tendrán que
emplearse a fondo en el capítulo turístico, en plena etapa de
receso y que ha sido uno de los ámbitos de mayor fricción tanto
política como empresarial durante la etapa gobernada por el Pacte
de Progrés, que englobaba al progresismo de las Pitiüses.
Acaba de esta manera, aunque quizás de manera provisional, la era
Pilar Costa, que no ha sido capaz de ilusionar a los votantes de la
misma manera que hace cuatro años, cuando consiguió un logro
histórico al arrebatar el Consell, por primera vez desde la
instauración de la democracia, de las manos del PP, a las que
vuelve. Pilar Costa, que ocupó un escaño en el Senado en la
legislatura que comenzó en 1996 en una pirueta política que puso
las bases del actual Pacte Progressista, se tendrá que sentar en
los bancos de la oposición después de cuatro años en un gobierno
lleno de problemas tras la expulsión del equipo de gobierno de Joan
Buades, conseller del cupo perteneciente a Els Verds, lo que la
situó en una situación de minoría que impidió un gobierno cómodo,
una circunstancia que, posiblemente, ha influido determinantemente
en su fracaso y el de su equipo en las urnas.
Esta debacle, además, es la que permite al PP tener la hegemonía en
el conjunto de Balears, por más que Menorca se mantenga
progresista.
Elecciones 2003
Palau recupera el Consell para el PP
Jaume Matas presidirá el Govern con mayoría absoluta al recuperar la derecha el escaño de Formentera