Durante el debate de las enmiendas de devolución, todos los grupos insistieron en los planteamientos que han repetido durante los últimos meses cuando el PP ganó las elecciones y anunció que derogaría la ecotasa. Miquel Rosselló, de Esquerra Unida-Els Verds, argumentó que mientras Europa camina hacia una fiscalidad ecológica Balears dejará de cobrar un tributo que avanzaba para mejorar el medio ambiente.
Pere Sampol, del PSM, ironizó que la ecotasa había provocado «un daño terrible» en Balears y bromeó sobre las distintas alternativas que ha propuesto el Govern para compensar la recaudación de la ecotasa. «Son propuestas de profesionales», dijo Sampol, quien sentenció: «podrá discutirse la oportunidad política al aplicar la ecotasa después del 11 de septiembre, pero el impuesto no tiene la culpa de nada».
El socialista Celestí Alomar lamentó que el PP no expusiese «un argumento de fondo» para justificar su decisión de derogar la ecotasa. Para el diputado del PSOE, la aprobación del impuesto había sido «una conquista social» porque beneficiaba a todos los ciudadanos de Balears.
Joan Huguet, en representación del PP, apeló a los votos conseguidos por su partido en las últimas elecciones autonómicas para argumentar la decisión de suspender la ecotasa. Además, Huguet subrayó que el 42'4 por ciento de los turistas que visitan Balears «no pagan la ecotasa» y criticó que el anterior Govern presupuestó más de 240 millones únicamente para realizar un plan de promoción y el posterior seguimiento del impuesto. «La ecotasa debía servir para todo», dijo el portavoz del PP.
En la réplica, Sampol acusó al PP de haber orquestado «una campaña mediática para provocar una crisis económica y ganar las elecciones» mientras Alomar tachó la actitud del Govern de «prepotencia» al no explicar en el Parlament los motivos para derogar la ecotasa. UM no intervino durante el pleno, pero sus tres diputados votaron con el PP, aunque en el debate final podrían abstenerse.
Una vez finalizado el pleno, el conseller de Turisme, Joan Flaquer, declaró que el impuesto turístico «es un instrumento que ha producido más inconvenientes que beneficios a Balears».