C. ALCÀNTARA
Alfonso Rodríguez Badal, director del Institut per a la Convivència i l'Exit Escolar, cuenta con 20 años de experiencia docente de los que seis ha sido como director de instituto. Recientemente se desplazó a Eivissa para dar a conocer a los directores de secundaria el funcionamiento del Institut y la unidad de convivencia que se ha creado en Eivissa.
-Un informe del Consell Economic i Social revelaba que más del 40 por ciento de los estudiante de Eivissa eran repetidores. ¿Cómo afecta el fracaso escolar a la convivencia en el centro?
-Es uno de los aspectos que hemos querido ligar desde el principio. Los tema de convivencia hay que ligarlos al éxito escolar porque no pueden ir al margen. Un buen clima escolar del centro tiene que ver con la convivencia y las posibilidades de éxito escolar que tienen los alumnos. ¿Por qué? Un alumno que se ve con posibilidades de seguir adelante muestra menos disfunciones dentro del aula que pueden acabar, no siempre, en problemas de convivencia más grandes.
-¿Cuáles son las disfunciones del alumno?
-Las que más molestan son las interrupciones indebidas, molestias a un compañero, pequeñas bromas, no dejarlos trabajar ni a los compañeros ni al profesor.
-¿Le preocupan los datos tan elevados de repetidores de curso?
-La repetición en sí no es un buen dato, pero eso no quiere decir que en algún caso sea una nueva oportunidad para muchos alumnos porque, en algunos casos, es por problemas personales, de salud o gente que se incorpora a mitad de curso. Hay muchos casos. Los datos que manejamos de repetición del curso 2006-2007 , porque el 40 por ciento nos parece un poco elevado, es que en secundaria promocionaron un 72 por ciento de los alumnos matriculados, lo que supone un 28% de repetidores, idéntica a la media balear. No deja de ser preocupante que casi un 30% de los alumnos promocionados estén en la necesidad de repetir curso si no han llegado a los 16 años. Son datos que nos tienen que llevar a mayores esfuerzos a la hora de atender a la diversidad, alumnos con problemas e intentar poner soluciones antes de que se aferren esos problemas en los alumnos.
-¿Qué actuaciones van a realizar en Eivissa?
-Una de las ideas es reforzar las capacidades básicas de lectura y escritura tan pronto como se detectan problemas. Una de las actuaciones que se ha diseñado desde la Conselleria el plan de refuerzo a la lectura y escritura en primaria. Este plan contempla refuerzos en 14 centros de las Pitiüses en los que habrá niños de segundo ciclo de primaria, cuando detectamos que hay alumnos que no tienen la competencia básica de la lectura y que hacerles un refuerzo. Se trabajará con esos grupos reducidos unas horas semanales, una medida para intentar que en primaria podamos ir acercándonos a una tasa de idoneidad adecuada.
-¿Aún queda para llegar a esa tasa de idoneidad?
-Estamos un poco alejados de la tasa estatal, pero es curioso como la horquilla del diferencial negativo que tenemos se produce en primaria y es donde tenemos que intentar poner los recursos. Ya había recursos de atención a la diversidad, compensación educativa, atención al alumnado con necesidades educativas específicas, actuaciones en desdobles de grupos para bajar las ratios de los alumnos. Todas esas actuaciones van encaminadas a lo mismo.
-Los sindicatos han denunciado en varias ocasiones la falta de refuerzos para la atención a la diversidad o necesidades educativas especiales en los centros.
-Creo que se ha incrementado. En los últimos años se ha hecho un esfuerzo y estamos cubriendo necesidades que se detectan en los centros. He sido director de instituto y reclamaba poder atender de la mejor manera posible a mis alumnos y es normal que lo hagan los centros, que reclamen eso de la administración y que vaya dando cada vez más recursos.
-¿Ha acometido el Institut alguna intervención en Eivissa?
-Sí, el Institut tiene aspectos más preventivos y paliativos. Una idea clara que teníamos desde que nacimos era mostrarnos más cercanos a los centros, que tengan un organismo en el que vean una ayuda a la hora de resolver unos problemas de convivencia serios o difíciles o extraños que no se puedan solucionar dentro del centro. Hemos creado las unidades de convivencia, que Eivissa cuenta una que se acaba de poner en marcha este curso y cuenta con un técnico en resolución y gestión conflictos con la colaboración del inspector de zona y, si fuera necesario, tienen la posibilidad de tener una asesoría jurídica. La unidad de convivencia atiende demandas de la comunidad escolar tanto de asesoría como de problemas como bullyng o relación de padres con el centro o con los alumnos. Esta unidad intenta facilitar los cauces de resolución del conflicto, asesorando. Desde el Institut vamos a hacer más de escucha activa para intentar mediar, más que arbritar. La semana pasada tuvimos una reunión de directores de Eivissa y le explicamos la posibilidad que tienen los centros de contar con este nuevo servicio.
-¿Qué demandas hay?
-Serán similares a las que hay en Mallorca, sobre todo en zonas donde hay una especificidad muy parecida a grandes zonas de Eivissa en cuanto al ambiente socioeconómico, un mercado sociolaboral muy fragmentado y temporalizado. De momento ha habido una o dos demandas en la unidad de convivencia que acaba de iniciar y esperamos que haya las demandas normales.
-¿Influye la masificación en la convivencia en los centros?
-Hay muchas cosas que influyen en un ámbito relativamente reducido para la convivencia de 500 o 600 adolescentes. Los que somos padres de adolescentes sabemos que a veces es difícil poder asegurar unas reacciones pausadas y tranquilas de chicos de esta edad y es lógico que pensemos que puede haber problemas. Hay muchos ejemplos de excelente convivencia en los centros de los que, desgraciadamente, hablamos menos. Como decía el antiguo director del Observatorio Escolar del Ministerio de Educación hace más ruido un árbol que se cae que un bosque que crece. Cuando hay un problema todos estamos pendientes de ello.
-Pero porque cuando hay un problema lo hay que tratar es buscar una solución.
-La imagen de que la escuela es un foco de problemas tampoco es correcta. La escuela es un reflejo de la sociedad. Estamos llevando a 500 adolescentes a un sitio que tienen un objetivo que cumplir y seis o siete horas diarias de convivencia.
-Hay profesores que se sienten desautorizados y temen a los alumnos que les han perdido el respeto.
-Se debe recuperar un poco su autoridad de referencia para los alumnos y las familias y en eso tenemos que estar todos implicados. Es tan importante que los docentes tengamos la habilidad para ganarnos esa autoridad sin necesidad de ser extremadamente autoritarios y es necesario que las familias nos ayuden para que en casa les hablen a sus hijos de que su profesor es una persona que intenta ayudarles, tutorizarles, acompañarles en la evolución del alumno y que la comunidad escolar entienda que la educación de un niño no es tarea sólo de la escuela. Es cierto que hay profesores que sienten dificultades a la hora de desarrollar su práctica docente y tenemos que ayudarles.
-¿Qué medidas formativas van a realizar?
-Uno de los aspectos preventivos en los planes de convivencia es la formación en mediación escolar y competencia social. El año pasado hicimos un curso de formador de formadores en la que participaron 30 personas cuatro de ellas de Eivissa para que, a partir de este curso, puedan llegar a los centros de secundaria y hacer formación. Se trata de que los centros puedan desarrolla sus propias unidades de mediación, que son alumnos y profesores, capacitados y reconocidos por la comunidad escolar, como mediadores, personas que intentan intervenir en un problema entre dos y no arbitra sino facilita que se llegue a acuerdos.
-¿Ayudan los padres?
-Uno de los objetivos es que participen los padres en estas unidades de mediación. No es fácil por sus horarios de trabajo pero queremos llegar a ellos para explicarles un poco la idea de la cultura de la mediación y puedan ir extendiendola en casa, ir creando entre todos ese ambiente en que el niño vaya creciendo y encuentre normal que ante un problema con otro compañero haya una tercera persona que en vez de decir que lo has hecho bien o mal que se vea lo que ha ocurrido. Los padres tenemos la tendencia natural a la defensa de nuestro hijo, eso es correcto y humano pero tenemos que entender que los profesionales que trabajan 30 o 35 horas semanales tambien los conocen y tienen la formación y la experiencia para asesorarrnos. Tenemos que escuchar a los educadores y si nos dicen que nuestro hijo no es tan perfecto en el ambiente escolar tenemos que entenderlo no como una crítica sino una oportunidad para reconducir la educación de nuestro hijo.
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