El Consell quiere tener decidido a finales de abril qué va a hacer con el Polvorín de Santa Gertrudis, un terreno de 65.000 metros cuadrados que ha adquirido por 2,5 millones de euros al Ministerio de Defensa. Según explicó ayer el presidente del Consell, Xico Tarrés, se trata de un lugar «muy especial» y «con muchas posibilidades» sobre el que van a pedir opinión a los ciudadanos de Eivissa. Lo que quieren desde la máxima institución insular es que los ibicencos sugieran posibles usos al Consell. «La intención es que la gente dé su idea a través de la página web y después un grupo de personas nos juntaremos, contando con la oposición, para tomar una decisión entre todos que sea lo más consensuada posible», explicó Tarrés.
Visitas
El presidente del Consell reconoció que estas instalaciones son desconocidas para la práctica mayoría de los ibicencos y por eso van a montar visitas a través de su página web para que todos los colectivos y ciudadanos puedan apuntarse. Se organizarán desplazamientos en autobús para que la gente «pueda ver este lugar y luego nos dé su opinión», remarcó Tarrés. La primera idea era celebrar unas jornadas de puertas abiertas, pero finalmente se ha optado por este sistema porque desde el Consell consideran que ahora mismo el lugar no está preparado para acoger un gran volumen de coches.
Por ahora no hay presupuesto para desarrollar ninguna actividad porque todavía no saben qué es lo que van a hacer con el Polvorín, pero el presidente remarcó que la financiación no supondrá ningún problema, porque también se puede optar por una gestión privada.
Tarrés indicó que no querían dejar pasar la oportunidad de adquirir este espacio, que cuenta con 65.237 metros cuadrados de terreno, 3.248 construidos.
Estas antiguas instalaciones militares están situadas en Santa Gertrudis, en la llamada vénda de Can Llátzer, justo al lado de donde pasa el río de Santa Eulària. Cuenta con un total de once edificios dentro del antiguo acuartelamiento militar y una casa conocida como 'casa del holandés' que el Ministerio adquirió en 1978 y que tiene unas impresionantes vistas.
La planta subterránea está formada por una galería en circunvalación desde la que se accede a un total de diez almacenes de diferente tamaño donde antiguamente se guardaban los explosivos. Estas diez galerías cuentan con una cubierta realizada en teja árabe y un sistema de conducción de aguas subterráneas al exterior. También están equipadas con instalación eléctrica y detección y extinción de incendios.
El resto del recinto militar cuenta con edificaciones cuyo estado de conservación es bastante malo y que formaban parte del antiguo cuartel. Está la casa del suboficial, que es una vivienda unifamiliar con cubierta a dos aguas; un edificio de dependencias generales y taller donde había oficinas y residencia de personal; un cuerpo de guardia, una cantina y un grupo electrógeno; un edificio dormitorio con lavabos comunitarios; un almacén, un comedor y una cocina.
El volumen total construido es de 18.277 metros cuadrados, con edificios de diferente extensión que van desde los 35 metros cuadrados a los 263.
Justo encima de los túneles del Polvorín hay una vivienda de 452 metros cuadrados conocida como la 'casa del holandés' que pertenecía al Ministerio de Defensa y que también ha adquirido el Consell. Se trata de una edificación de estilo ibicenco que tiene unas impresionantes vistas y que cuenta además con una piscina y una casa de invitados. Además, hay fuentes ornamentales y un jardín de tipo mediterráneo. Detrás de la casa está el denominado 'Molí d'en Mata', un punto desde donde se divisa una amplia panorámica que coge los puertos de Eivissa y Santa Eulària. El presidente del Consell destacó las posibilidades que tiene esta vivienda e indicó que está en un estado de conservación bastante bueno, por lo que no se necesitaría una gran inversión para adecentarla. Además, consideró que el precio que han pagado por todo el Polvorín y la casa, 2,5 millones de euros, es una cifra muy baja, porque ya sólo esta casa podría estar valorada en esta cantidad.