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La construcción del futuro

MARINA BONET

El científico italiano Adriano Trímboli, fundador de la empresa IBE (empresa dedicada al desarrollo y producción industrial de tecnología en el sector de las Energías Renovables para Edificios y el Urbanismo) y afincado en Eivissa, donde cuenta con una casa laboratorio, presenta Solar Skin, un sistema de aprovechamiento de energía solar integrado en los edificios que produce electricidad manteniendo la temperatura interior.

Este sistema, aprobado por la Universidad de Madrid, supone un gran número de ventajas en el uso doméstico, así como para el ahorro tanto de emisiones como de costes económicos. Estos edificios autosuficientes generan calor o frío según las necesidades internas, aprovechando al máximo la radiación solar para conseguir la energía necesaria y abastecer las viviendas y edificios en general.

Funcionamiento

El sistema Solar Skin funciona a través de un intercambio constante de energía entre las paredes perimetrales, el techo y el interior del edificio mediante nuevos materiales y componentes. Este sistema, idóneo para cualquier tipo de edificio, actúa como protector térmico y aislante debido a su estructura monolítica.

Su modo de funcionamiento es el siguiente: la energía solar se recupera y se almacena bajo tierra, aprovechando tan solo la necesaria en cada momento. Solar Skin, como regulador biotérmico, evita el sobrecalentamiento de paredes y tejados en verano a través de diversos intercambiadores y acumuladores innovadores. De esta manera, este sistema consigue abastecer todo el edificio de la energía térmica y eléctrica necesaria a través de las radiaciones del sol durante las cuatro estaciones del año, con lo que se consigue el 90% de ahorro energético. Según el científico, «se trata del futuro de las casas. Solar Skin supone modernidad y avance técnico y económico. Se trata de materiales de bajo peso y fácil instalación que además producen un beneficio».

El modo de calentamiento en invierno supone que el dispositivo TE dentro de HEte actúe como bomba de calor, absorbiendo calor del tanque por medio del flujo másico o caudal y produciendo agua caliente que podría circular para calentar el ambiente de las habitaciones.

Bomba de calor

Por otro lado, el modo de refrigeración de verano, en el que el ingenio TE interno de HEte actúa como una bomba de calor, absorbiendo el calor del ambiente, trasladándolo al tanque de almacenamiento, donde bajará la temperatura del agua del tanque. La sencillez de las instalaciones supone, además, un bajo coste de producción y amortización del sistema. Como explica Trímboli, «en 2010 se podrían empezar a construir estos edificios, después de investigaciones de más de 16 años».

Este sistema de calentamiento y refrigeración supone un nuevo habitat. Como explica Trímboli, «los edificios tienen que dar más de sí mismos. Hoy en día, se construye según el modo viejo, con ladrillos, que absorben energía y, por lo tanto, no es ecología positiva». Además, añade: «Hay que pensar que la gente compra un piso por tanto dinero, pero luego tiene que afrontar los gastos de energía, unos gastos que no existen con el sistema Solar Skin, ya que se trata de edificios autosuficientes».

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