Los niños del colegio Nuestra Señora de la Consolación palparon ayer la Navidad en cada rincón de su institución.
Todo comenzó con su ya tradicional campaña de recogida de alimentos para Cáritas, pero el gran momento llegó cuando el esperado paje real procuró recopilar las ilusiones necesarias para ser enviadas a su mágico destino con toda la seguridad posible.
A su vez, los pasillos se adornaron con luminosas y coloridas guirnaldas hechas con las postales navideñas que formaban parte del concurso que nadie se quiso perder mientras saboreaban el exquisito chocolate caliente que la APIMA (Asociación de Padres y Madres) del establecimiento se dedicó a servir con esmero y cariño. Hoy el obispo bendecirá el pesebre realizado por los alumnos.