Envuelto en un pan de miga blanda por dentro y crujiente por fuera, con una salchicha de pollo de corral glaseada con jugo de colmenillas y carne y una espuma de queso mahonés». Así define Íñigo Rodríguez, el chef de la cocina del Hotel Pacha, al bocadillo con el que competirá en la final del IX Concurso de Bocadillos de autor que se celebrará en Madrid.
La competición tendrá lugar el próximo martes 24 de enero dentro del certamen anual de Madrid Fusión y contará en el jurado con, entre otros, los periodistas Josemi Rodríguez y Concha Crespo, el cocinero Martín Berasategui, o el actor Juan Etxanove.
Según este chef natural de la localidad vizcaína de Bermeo pero afincado en Eivissa hace ya siete años, «participar es una gran oportunidad ya que sólo llegar hasta Madrid es sumamente complicado porque envían sus propuestas desde el mes de octubre cocineros de toda España y Portugal».
3 horas para hacerlo
Por eso Iñigo, que ya participa por segundo año en el certamen, es consciente que lo tiene que hacer perfecto. «Tenemos cerca de tres horas para hacer un bocadillo como el nuestro en el que, entre otras cosas, la salchicha de pollo se escalda durante 5 minutos a baja temperatura para que quede compacta y tierna por dentro al mismo tiempo», asegura con una gran sonrisa.
Sin embargo, el chef vizcaíno se guarda su particular as en la manga con «una espuma de queso mahonés, que va dentro del bocadillo y que no se ve, por lo que sorprende al que lo prueba por la combinación tan buena que hace con el sabor de la salchicha».
Además, la creación quedará expuesta en un plato que para la ocasión le ha regalado su amigo el pintor Willy Márquez, acompañado de unas patatas bravas especiales, que han sido laminadas y que tienen dentro una salsa hecha, entre otras cosas, con una mahonesa especial japonesa que tiene vinagre de arroz.
Con todo ello intentará suplir otros handicaps generados de viajar desde Eivissa. «El tema de la intendencia es muy importante porque, por ejemplo, en mi primera participación mientras había algunos cocineros que trajeron dos carros de cosas yo participaba con dos neveras de playa», asegura entre risas el vasco.
Sea como sea, finalmente el paladar del jurado será el que decida si Íñigo Rodríguez es el vencedor frente a, entre otros bocadillos, uno de bonito ahumado del Cantábrico, uno de centollo y anchoas, uno de chocolate tembloroso, o uno castellano de Torozos. Si no lo consigue, asegura que «no pasa nada ya que seguiré aprendiendo, y disfrutando con un buen plato de marmitaco de mi tierra y cocinando mi deconstrución de flaó que gusta tanto entre los clientes que van al restaurante».