La fiebre por los monólogos de humor sigue extendiéndose por toda España y Eivissa no podía ser una excepción. En este sentido el bar restaurante Es Faralló se ha convertido en un referente al organizar cada quince días una cena con espectáculo que esta noche recibe a Ismael Beiro.
Este gaditano, de sonrisa permanente, es conocido por ser el ganador de la primera edición del programa Gran Hermano en el año 2000 pero su trayectoria abarca mucho más. Y es que tras diplomarse como ingeniero superior marítimo en la Facultad de Ciencias Náuticas de la Universidad de Cádiz, ha hecho prácticamente de todo hasta acabar siendo un monologuista de éxito.
—Es conocido por ser el ganador de la primera edición de Gran Hermano, pero usted es mucho más ¿no?
— (risas). Si, pero la gente sólo se queda con el concurso, pero muy pocos saben que, entre otras cosas, soy Diplomado en Marina Civil, Ingeniero Superior Marítimo, tengo un master en Control de Calidad y otro en Dirección de Empresas Audiovisuales, y soy académico de la Academia de las Ciencias y Artes de Televisión.
—También ha sido presentador, empresario, showman y ahora cómico... ¿dónde está más cómodo?
—Siempre me ha gustado lo que hago y me he encontrado cómodo en cualquiera de mis facetas. Pero quizás lo que más me guste, porque es donde no sólo me divierto sino que además me río, es en el mundo de la comedia.
—¿Cómo se decidió por el humor?
—(risas). En una carrera de cien metros valla donde me dejé media boca en la pista después de un salto siendo el hazmerreír de todo el estadio. De todos modos el humor ha estado presente en mi vida siempre, incluso en los momentos más crudos, y es que como diría Tirso de Molina en su Don Juan Tenorio: «Yo siempre he tenido un compromiso constante con la burla».
—Ha coincidido con los mejores. ¿De quién aprendió más?
—De todos. Me llevan años luz de ventaja y lo mejor que tienen cada uno es que son personas muy buenas tanto arriba como abajo de los escenarios.
—¿Los gaditanos ya nacen con una sonrisa en la boca?
—(risas). Y con un antifaz y un pito de carnaval.
—¿Hacer reír tiene algún secreto o se lleva en los genes?
—Si te dijera que soy el menos gracioso de mi familia... pero la clave es ser natural y contar tu historia como si se la dijeras a tu mejor amigo.
—¿Cuál es la última situación que vivió para incluir en sus monólogos?
—(risas). Los sustos de los Call TV. Esa presentadora gritándote a ti que parece que te esta viendo: «Llamaaaaaa, a ti, ¡¡¡si!!! ¡¡¡Te estoy viendo!!!! Nombre que empieza por la P, le sigue una A y es seudónimo de Francisco... ¡¡¡Vamooooooos!!!». Y yo medio dormido en el sofá, con la sensación de que me está viendo, y sin saber si llamar, pedir disculpas o tirarle el mando a la pantalla.
—Hablando de Gran Hermano, después de que aquel programa congregara en la final a casi 10 millones de espectadores. ¿Cómo consiguió llevar la fama?
—Es un deporte de riesgo, de mucho riesgo. Lo inteligente es canalizarla en una profesión y sólo merece la pena si puedes ayudar a los demás con tu colaboración en actos solidarios.
—¿No cree que se ha perdido un poco el espíritu original?
—La sociedad actual es muy voyeur y Gran Hermano seguirá funcionando mientras que la gente siga curioseando en la vida de los demás.
—De todos modos su historia puede definirse como la de un superviviente, porque a pesar del grave accidente nunca perdió la sonrisa ¿tiene algún secreto para mantenerla siempre?
—Simplemente pensar que es el mejor alimento, la mejor fuente de inspiración y la llave de todas las puertas. Una sonrisa cada día te hace vivir mas años y cuesta menos que el enfado.
Monólogos con las entradas agotadas
El Bar Restaurante Es Faralló lleva organizando cenas con monólogos esta temporada desde el 28 de enero. Por el lugar han pasado ya José Boto y Sr. Corrales, y tras Ismael Beiro, el próximo 11 de marzo será el turno de Mariano Mariano. De momento el éxito ha sido total y para ninguno hay entradas.