'Doblers' en Mallorca y Menorca, eso sí con diferente pronunciación, y sous en Eivissa. Nineta en Mallorca o filleta en Eivissa. Para hilar más fino, expresiones como moltissem que dicen los josepins frente a moltíssim; boniato, moniato o, como se decía en sa Penya, lilau. Difícil lo tienen las editoriales para incluir en los libros de texto todas las acepciones en este babel de dialectos o modalidades lingüísticas que da la riqueza de la lengua de esta tierra. Ese es el quid de la cuestión. La Conselleria d'Educació ha destinado una partida de 70.000 euros para subvencionar a las editoriales para que los libros de texto incluyan las modalidades lingüísticas. Una decisión, sin duda, polémica. «No tengo nada que añadir a lo que dijo el conseller», dijo la delegada territorial, Belén Torres. «El conseller dijo que se haría una adaptación para no perder estructuras propias de cada isla y eso cuando el profesorado era propio de las islas no hacía falta tenerlo en cuenta pero hoy en día había el riesgo de perder esas particularidades propias», explicó.
Pese a que últimamente hay quienes han utilizado el término de lengua balear, para Torres no hay lugar a duda de que la estándar «es el catalán; la balear no existe; es diferente que en cada lugar hay unas determinadas variaciones lingüísticas». Torres, que es profesora de Lengua, aseguró que «la gramática, lo más importante, no se puede variar porque eso lo da la lengua estándar». Del término dialecto se ha pasado ahora a denominar las modalidades o variedades lingüísticas propias de Mallorca, Menorca o Eivissa.
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