Aunque la tecnología ha invadido casi todas las parcelas de la realidad, la sensación a pie de calle es la de que muchos turistas, una vez en el lugar de destino, siguen prefiriendo preguntar al taxista o al camarero antes que descargarse una aplicación en el teléfono.
El uso del GPS sí se ha popularizado con los teléfonos inteligentes y los billetes de avión y del hotel se reservan cada vez más a través de internet. De hecho, uno de cada cuatro viajes o escapadas que se reservan haciendo uso de la red en nuestro país se realizan mediante plataformas móviles, según el barómetro Offerum realizado a cinco millones de usuarios del portal y publicado esta misma semana. Pero en la calle todavía es posible tropezar con parejas como Lesley y Andy, que acudieron a la oficina (física, no virtual) de una agencia de viajes. «Y también compramos una guía», añade, una costumbre que ningún otro encuestado ha puesto en práctica para este viaje.
«Sí utilizo los navegadores para los callejeros y para conocer las fiestas que hay en la isla», explica María, de Santiago de Compostela. «Nosotros en España viajamos sin planificar nada y le preguntamos al taxista o a quien sea, pero en el extranjero ya es diferente, allí sí lo llevamos todo más organizado», comenta un grupo de españoles que no utiliza el móvil ni para los recorridos por carretera porque se mueven en taxi o autobús.