Aunque el miércoles pasado se cerró el Carnaval con el Entierro de la Sardina organizado en Vila por la Asociación de Vecinos de Es Clot los cientos de personas que acudieron ayer, disfrazados o no, a Cala de Bou demostraron que aún tenían muchas ganas de fiesta.
No en vano, el Ayuntamiento de Sant Josep confirmó que la edición de este año ha batido el récord de participación con brujas, masais, zulúes, abuelos, sargantanas, cangrejos, japoneses o artistas de circo haciendo las delicias de todos aquellos que llenaron la zona de ocio situada al final de Cala de Bou.
El buen tiempo también ayudó al desarrollo de la fiesta regalando una mañana casi veraniega. «Somos de Vitoria, y hemos venido con un viaje del Imserso, y nos encontrado con esta sorpresa y con la maravilla del tiempo que hace», explicaba Mari Carmen. Mientras a su lado, su marido Peio, y mientras no paraba de hacer fotos comentaba la posibilidad de mudarse a la Isla a disfrutar «de las fiesta y del sol que hay todo el año».
Para este matrimonio y sus amigos vascos los mejores fueron el grupo de güeles de la comparsa Nunca es Tarde que al ritmo de canciones pegadizas y simpáticas coreografías y con batas, rulos, bastones y zapatillas de andar por casa, dijeron ‘No a las prospecciones petrolíferas', y los zulúes de la comparsa de la tercera edad de Sant Jordi y Sant Francesc que no pararon de bailar ni un minuto al ritmo de tambores y batuca. Tal es así, que viéndolos, Juan Carlos mandó un mensaje a su mujer: «¿Ves, Arantza, que marcha tienen? ¡El año que viene en Vitoria nosotros nos animamos seguro!».
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