A escasos días para que finalice la campaña de la recogida de la uva en Eivissa, los bodegueros que producen vinos acogidos a la Indicación Geográfica Protegida Vi de la Terra d´Eivissa confirman que la sequía ha mermado su producción, pero a costa de una excelente calidad. En los viñedos productores de caldos con origen pitiuso han pasado del desconsuelo a la ilusión cuando durante las primeras semanas de agosto iniciaron la vendimia. Los meses de sequía estaban dejando tan raquíticas las uvas, que los principales bodegueros temían no poder elaborar vino; sin embargo, un último estirón por el clima y las lluvias de agosto, junto a la merma de agua, han elevado su concentración de azúcar y de aromas para producir una uva de «calidad excelente», tal y como reconoce Toni Costa, propietario de la bodega Can Maymó y socio de Can Rich: «Al no llover en seis meses las uvas se han quedado chiquitinas y el mosto es escaso, pero el vino al no tener agua tiene una concentración de aromas y azúcares espectacular».
Del drama al alivio
En Can Rich, una de las bodegas con más tradición de Sant Antoni, calculan que la producción alcanzará los 60.000 o 70.000 litros, entre un 15 y un 20% inferior a la del año pasado y hasta un 30% respecto a 2013. No obstante, «la calidad es superior», apunta Toni Costa, quien se da por «satisfecho» porque «dentro de lo malo, hay cosas positivas», añade, a pocos días de finalizar la vendimia. El vinicultor y su equipo recogieron ayer las últimas cubas para hacer vino blanco y la semana que viene pondrán punto y final a la vendimia con la recogida del tinto.
Mientras tanto, en Can Maymó la vendimia que finalizará la semana que viene será «prácticamente igual», vaticina su propietario. La calidad será superior pero la producción, inferior, lo que para Toni Costa se traduce «en pérdidas». «Este año al no disponer de blancos y rosados a mediados de agosto para nosotros es brutal porque dejas sin servir a comercios y restaurantes, y no entra caja», concluye.
Cerca del hipódromo de Sant Rafel se encuentra Ibizkus, la bodega anteriormente conocida como Totem Wines, una de las más fértiles de la isla y con mayor impacto internacional. Su máximo responsable, David Lorenzo, confirma que la producción este año «se ha recuperado un poco» gracias al tiempo nublado y las lluvias de agosto. «Parecía que iba a ser dramático porque las uvas no alcanzaban el tamaño adecuado. Parecía que se iban a quedar tan pequeñas que no podríamos hacer vino», sostiene el vinicultor afincado en Eivissa, quien respiró aliviado al comprobar que el producto tiene «mucho azúcar y poca acidez». «La viña se ha equilibrado un poquito y parece que tenemos buena calidad. Es una cosecha corta, pero la uva parece bastante sana porque este año no ha habido enfermedades. Tenemos que ser muy precisos y coger el momento adecuada para cortarla y conservar la acidez que nos da el frescor y la longevidad al vino», detalla Lorenzo, cuya cuadrilla de vinicultores pasa hasta dos veces por la misma parcela para acertar con el momento adecuado para la recogida. En Ibizkus calculan que recogerán entre un 5 y un 10% menos de producción parcela a parcela respecto al año pasado, aunque la adquisición de un par de fincas nuevas y la colaboración con proveedores les permitirá aumentar la fabricación de botellas. «Nos gustaría llegar a los 100.000 kilos, pero no creo», pronostica David Lorenzo cuando su bodega atraviesa por el ecuador de la vendimia.
En Formentera, la bodega Terramón comenzó la recogida el pasado 3 de agosto, por lo que ya están próximos a concluir la campaña de vendimia. Según explica uno de sus vinicultores, la sequía «ha afectado menos que el año pasado», por lo que ha mejorado tanto la producción como la calidad de la uva.