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Polígono Montecristo

«No es un polígono, es la jungla»

Un desguace en plena calle donde en pocos metros conviven dos coches sin ruedas o con un calefactor. | Toni Escobar

| Eivissa |

«Esto es la jungla. En cuanto entras en el polígono algunos se piensan que aquí vale todo. Aparcan donde les da la gana y abandonan coches y enseres en cualquier sitio. Algunas calles parecen auténticos basureros». Son palabras de Paco García, de Distribuciones Anga. Lleva once años en el Polígono Montecristo Industrial y ha sido testigo diario del deterioro y abandono que sufre la zona industrial más grande de la isla.

Pasan unos minutos de las 11 de la mañana. El sol brilla en lo alto y también lucen encendidas las bombillas de una treintena larga de farolas que permanecen activas las 24 horas del día desde hace una semana.

«Cuando llegué el lunes a primera hora de la mañana pensé que era cosa del temporizador y el cambio de hora, pero después comprobamos que la cosa iba para largo», apunta Paco junto a la entrada de su empresa en el cruce de la Avenida de Cas Corts y la calle des Fusters.

En este punto visualizamos un resumen de lo que puede encontrarse todo aquel que se adentra en el polígono. La señal de rotulación de la calle des Fusters ha desaparecido comida por el sol. Enfrente hay una furgoneta abandonada con una ventanilla reventada y estacionada de tal forma que invade un trozo de la calle y una parte de la acera. Por la acera del otro lado no se puede transitar porque está ocupada por vehículos mal estacionados. Si miramos hacia el otro lado, observamos las farolas encendidas a todas horas y un cruce mal señalizado y con el asfalto descarnado donde «todos los días hay un golpe porque esto es un caos», advierte Paco García.

«En once años que llevo aquí creo que todavía no he visto un policía local de Sant Antoni por la zona. Nunca vienen y si llamas a la grúa te dicen que está saturada de trabajo», señala Paco.

Unos metros más allá, Félix Montesinos, de Transportes Es Vedrà, ultima un trabajo. «Esto es así todos los días, un desastre», argumenta Félix indicando la fila de coches que hay aparcados obstaculizando diversos accesos a empresas. «La gente no respeta nada», subraya Félix, quien apunta haber visto policía pero en «contadas ocasiones. Lo de las farolas es una muestra más de la dejadez», añade.

Mientras algunas máquinas trabajan en las parcelas con mejores accesos a la carretera, las más retiradas están cerradas al paso con grandes bloques o convertidas en vertederos donde la gente arroja la basura.

Desde el Ayuntamiento de Sant Antoni, su concejala de Gobernació Aída Alcaraz, apuntó que el equipo de gobierno «ha tomado nota de la situación» y que la Policía Local abre expedientes para retirar los coches abandonados, pero que es un proceso que puede alargarse por espacio de dos meses.

EL DETALLE

El polígono más grande de las Pitiusas y un foco de problemas

Los 300.000 metros cuadrados que ocupa el Polígono Montecristo Industrial lo convierten en el más grande de las Pitiüses y desde su construcción los problemas han ido en aumento.

Allí se han dado casos de intervenciones policiales por talleres clandestinos y recientemente, el pasado agosto, fue un foco donde se detectó la presencia del mosquito tigre.

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