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‘Via Oberta' para rehabilitar al pequeño Sushil

Sushil y la voluntaria de la ONG Raquel Zapata.

| Eivissa |

Sushil es un niño nepalí de de 7 años de edad afectado de parálisis cerebral desde su nacimiento. Fue en ese momento cuando su madre, de unos 40 kg de peso, decidió cargar con él a sus espaldas. Y esa decisión supuso todo un hito en el lugar, pues en Nepal es difícil ver a niños afectados de este tipo de enfermedades. Normalmente las familias los rechazan. Sushil es un niño muy alegre, pero su parálisis cerebral y la falta de asistencia médica le llevaron a que apenas pudiera moverse.

Recientemente, la ONG ibicenca Via Oberta Nepal comenzó proporcionándole un carrito de niño evitando así que la madre continuara cargando con el pequeño de 7 años a la espalda. Poco después la doctora en Fisioterapia, especializada en niños con parálisis cerebral y voluntaria de Via Oberta, la catalana Raquel Zapata, conoció a Sushil y creó para él unas pautas de ejercicios. Los facultativos de la organización consideran que la mejoría está siendo increíble ya que en poco tiempo se ha visto un cambio muy grande. Parece que el motivo fundamental de tal evolución es que el niño nunca había tenido tratamiento antes y al recibirlo ha desarrollado una respuesta muy marcada.

Ahora Via Oberta Nepal pretende que Sushil viaje a España o Francia para poder seguir recibiendo tratamiento ya que en Nepal no existe una estructura adaptada para él.

«Poco a poco veremos cómo podemos hacerlo. En España y Francia hay buenos centros para atender a niños con parálisis cerebral. Es posible que Sushil no llegue a andar, pero sí que conseguiría un grado de autonomía mayor. El simple hecho de poder comer o beber por su cuenta le supondría un gran cambio en su corta vida» explica Juanjo Roig, impulsor de Via Oberta Nepal. Desde la ONG han asegurado que se el de Sushil será un tratamiento muy largo y han explicado que la madre estaría contentísima si el niño pudiera recibir asistencia en Europa.

Roig, quien ha lamentado que los niños con deficiencias sean abandonados en Nepal, ha destacado también el coste económico, además del burocrático, que supondría trasladar a Sushil a Europa. Roig ha añadido que el problema es que Sushil es un menor, con lo que el visado y el tiempo de estancia se hará muy complicado y «probablemente tuviera que venir a Europa acompañado de su madre», supuso.

«La idea es generar una revolución de ayuda a Sushil, si surgiera alguna gestora o bufete de abogados que como aportación quisiera asumir la gestión de la visa de Sushil, sería una de las posibilidades que más nos podrían ayudar en nuestra labor», informó.

Roig ha querido recalcar que la mejora del pequeño no sería nada más a nivel físico, sino también cognitivo y que el tratamiento, pese a que supondría una larga duración, el tiempo que estuviera en un centro le haría ganar varios grados de autonomía. «Las posibilidades de mejora están garantizadas al 100%», indicó.

«Verán un niño que emite sonidos y no habla ni camina con 7 años, pero que está en pleno desarrollo físico e intelectual. Y pese a que tiene una parte del cerebro que no le funciona, tiene otra activa que se ha de potenciar», valoró Juanjo Roig.

Además, la ONG ibicenca atiende de manera directa a unas 500 personas en Nepal. Proporciona comida a ocho familias en situación de extrema pobreza y tiene a 15 niños en una de sus casas de acogida. «Nos centramos en casos puntuales. Si un niño viene abandonado, lo acogemos. En nuestra granja escuela, de donde se abastecen los pequeños, ya se proporcionan productos a la casa de acogida, donde los niños ya no caben», lamentó el impulsor de esta ONG ibicenca, Juanjo Roig.

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