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Sant Josep culpa de que no haya socorristas en sus playas a la falta de personal y de vivienda

Imagen de una de las torres de vigilancia del municipio sin socorristas, ayer a media tarde en Platja d’en Bossa. | Daniel Espinosa

| Eivissa |

La puesta en marcha del servicio de salvamento y socorrismo de las playas de Sant Josep acumula ya un mes de retraso. Aunque el pliego de condiciones que rige el nuevo contrato se publicó el pasado 31 de marzo y el plazo para presentar proposiciones finalizó el 15 de abril, no ha sido hasta principios del mes de junio cuando la mesa de contratación adjudicó el servicio a la UTE formada por las empresas Proactiva Servicio Acuáticos y Mar Save. El acuerdo es para los próximos cuatro veranos a razón de algo más de medio millón de euros por año. La cuantía es ligeramente inferior al precio de licitación que planteó el Ayuntamiento y que ascendía, con IVA incluido, a 2,41 millones de euros hasta 2019.

El concejal de playas del Consistorio josepí, José Cardona, achaca del retraso en la implantación del nuevo servicio de vigilancia «a las dificultades que han tenido las empresas para encontrar alojamiento», ya que la mayoría de socorristas proceden de la Península, y a la «acumulación de los procesos de licitación y adjudicación por la falta de personal» en los servicios técnicos y jurídicos del Consistorio.

Este fin de semana

Cardona señaló ayer que el servicio de vigilancia de las playas ya está adjudicado «provisionalmente» y que la UTE contratada ya ha conseguido alquilar un conjunto de viviendas para los 35 socorristas y supervisores que formarán la nueva unidad de salvamento.

«Espero y deseo que el servicio esté implantado este fin de semana», añadió el concejal de playas de Sant Josep, quien se mostró «muy preocupado» por el retraso en la puesta en marcha del servicio. A pesar de incidencias como picaduras de medusa (el pasado viernes varios hamaqueros de ses Salines tuvieron que socorrer a una veintena de niños con picaduras, ante la ausencia del servicio de salvamento), Cardona indicó que «por suerte» no se han producido «casos graves» en las playas del municipio.

En las bases del concurso para la adjudicación del servicio se establece el equipamiento mínimo disponible en cada playa en función de su situación de riesgo (la de ses Salines es la única considerada de riesgo alto por su longitud y su volumen de afluencia de bañistas). Así, las de nivel medio deberán contar con un botiquín de primeros auxilios y material como una tabla de rescate, flotadores, guardapechos salvavidas, equipo de comunicaciones coordinado con el 112 y megafonía. En ses Salines, además, cada torre deberá contar con un botiquín.

En las torres de vigilancia se dispondrá también de equipo de oxigenoterapia portátil y de recambios para el desfibrilador que suministra el Ayuntamiento. Asimismo, contarán con camilla rígida, tablero espinal de flotabilidad positiva, inmovilizadores de cuello y columna y juego de collarines y férulas de todas las medidas. También los puestos de socorro deberán contar con este equipamiento cuando, finalmente, arranque el esperado servicio de salvamento y socorrismo en el municipio con más kilómetros de costa de las Pitiüses.

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