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Pep Colomar: «La situación es insostenible en el West End porque el Ayuntamiento de Sant Antoni no hace cumplir las normas»

Daniel Espinosa

| Eivissa |

Pep Colomar (1979) lleva más de media vida trabajando en el West. Primero ayudando en el negocio familiar. Años después, tomando él mismo las riendas del histórico bar del número 1 de la calle Colón. A sus 37 años las ha visto de todos los colores en Sant Antoni pero recuerda y subraya que hubo un West End diferente: «Durante años, al West venían alemanes, holandeses, nórdicos... era muy diferente a lo de ahora». Colomar, presidente de la Asociación de Empresarios del West End, está convencido de que el regreso a ése otro tipo de turismo es posible, «sólo hace falta voluntad y que el Ayuntamiento apueste realmente por ello haciendo cumplir las normas».

—Encaramos lo realmente fuerte de la temporada. Desde la experiencia, ¿cómo crees que se presenta?

—La temporada está más o menos como el año pasado. Es cierto que este año arrancó antes. Hemos tenido un mayo bastante bueno y junio ha estado como el año pasado, pero desgraciadamente también tenemos los mismos problemas de cada año: tiqueteros, venta ambulante, prostitución, delincuencia, robos...

—El año pasado el cambio de gobierno se produjo en plena temporada pero entiendo que hay cosas que no cambian...

—Este invierno, como cada año, hablamos con el Ayuntamiento para planificar la temporada. Los tiqueteros ilegales los venimos arrastrando. La situación inicial es que había una ordenanza que establecía que cada local podía tener un número determinado de relaciones públicas delante de sus puertas y las discotecas de fuera también podían tener un número regulado de tiqueteros en ciertas zonas del pueblo, el Passeig, la playa...La normativa antigua no se cumplía pero la nueva ha venido a agravar el problema.

—¿Y eso?

—La normativa antigua no se cumplía porque se superaban los números. Ellos [el Ayuntamiento] siempre decían que era difícil distinguir los legales de los que no lo son, aunque les pusieron unos chalecos reflectantes. Decían que era difícil hacerlo cumplir. En base a ello, el año pasado, surgió la idea de prohibirlo completamente. De esta forma la publicicidad dinámica era ilegal. Dijimos que de acuerdo si se hacía cumplir. Ahora nos hemos encontrado que no se está haciendo cumplir y la competencia desleal es brutal. Los que incumplen se han crecido y se han hecho muy fuertes. Es una desventaja enorme para los que no tenemos boca a boca. Muchos estamos cayendo en el desánimo y en la desesperación porque no se toman medidas correctas o no se hacen cumplir.

—¿Y el Ayuntamiento qué dice?

—Hemos hablado tres veces con el Ayuntamiento desde mayo y la respuesta es que seguirán haciendo actuaciones e intentarán hacerlo cumplir pero no hay hechos. Este incumplimiento nos está generando muchas dificultades y problemas en el seno de la asociación. Hay gente que ya empieza a decir que no podemos cumplir porque mi vecino no lo cumple y yo me estoy hundiendo. Es un problema muy grave. Nos sentimos muy impotentes porque los que tienen boca a boca ilegal, la música más alta de lo permitido e incluso las puertas abiertas están tranquilos porque no pasa nada. Ves que la policía no pasa por aquí y no hay denuncias.

—El problema radica en el incumplimiento de la norma...

—Así es. Si dispones una norma es para hacerla cumplir. La norma está hecha pero es muy difícil controlar su cumplimiento si no hay efectivos de la policía. Faltan agentes para todo. Es absurdo no tener una planificación. Si no hay un policía a pie de calle que lo controle, no sirve de nada hacer una norma porque penalizas más. El equipo de gobierno debería priorizar y ver cuáles son los problemas más graves. Les pedimos que como no podían hacer cumplir la normativa del boca a boca que, como mínimo, volviesen atrás y activasen la publicidad dinámica. El año pasado ya contratamos seguridad privada y no funcionó porque no pueden hacer el trabajo de la policía. Pedimos al Ayuntamiento que, como medida de emergencia, los contratasen ellos para acompañar a los agentes pero dijeron que no.

—Entiendo que es cada vez más urgente el cambio de modelo turístico en Sant Antoni.

—Sí, es urgente. El camino tiene que empezar por arreglar las cosas que están mal. Eso no es decir quiero que venga turismo familiar y ya está, no. No se puede hacer de la noche al día. Si sigue habiendo problemas de orden público, de drogas, de prostitución, de delincuencia, el cambio no se podrá hacer. Primero hay que arreglar todo eso y luego prácticamente es automático que el modelo cambie. Es muy absurdo ir a una feria a vender un Sant Antoni que no existe. Hay que arreglar los problemas que tenemos y una vez arreglados, veremos de cambiar el modelo.

—¿Cómo debe hacer el cambio?

—El cambio de modelo se debe impulsar desde los dos extremos. El Ayuntamiento haciendo cumplir las normas y los empresarios trabajando de otra manera, ofreciendo un producto de mayor calidad. El problema es que si el Ayuntamiento no hace nada, hay muchos empresarios que por codicia o por lo que sea deciden seguir trabajando irregularmente porque es más fácil y rentable para ellos, pero no debería ser así. Nosotros somos oferta complementaria. Para nosotros, si hay un cambio de modelo de turismo, es relativamente sencillo adecuar nuestros negocios. Este año hay cuatro locales reformados en la calle Santa Agnès. Pero insisto, lo prioritario es acabar con la competencia desleal. Todo comienza con las normas. Si las pones y las haces cumplir no hay problema pero si no, creas dos problemas.

—La pelota vuelve a estar en el tejado del Ayuntamiento.

—Cuando hablas con Aída Alcaraz [concejala de Gobernación] nos dice que hacen dispositivos policiales, pero la realidad es que los mismos problemas siguen ahí. No es suficiente y han empeorado la situación. Hay buena interlocución con el Ayuntamiento pero lo que hacen no es suficiente. Se hacen actuaciones puntuales. Entiendo que nosotros exigimos mucho, pero es que ellos hacen poco. Siempre argumentan que están cogidos de pies y manos por la Ley Montoro, pero como empresarios tenemos que exigir y exigir porque los impuestos los pagamos y encima han puesto unas normas que al no cumplirse han tenido un efecto más perverso. Si creas normas y no las puedes hacer cumplir está empeorando la situación y cometiendo una injusticia. Deben ser realistas sobre los efectivos que tiene la Policía Local. Ellos dicen que hay más agentes que nunca pero la realidad es que son claramente insuficientes para Sant Antoni. Además, los agentes hacen trabajos que no les corresponden. Están desbordados.

—Y pese a todos estos obstáculos , entiendes que es posible la reconversión...

—Creo que sí. Todos queremos que Sant Antoni mejore y si cada uno impulsa desde su extremo y remamos en la misma dirección el cambio de modelo es posible. Nosotros estamos de acuerdo con las normas pero como no saben hacerlas cumplir ha sido peor el remedio que la enfermedad. Entendemos que la policía está desbordada pero los empresarios también lo estamos. Es una sensación de desesperación ver que las normas no se han hacen cumplir y la gente hace lo que le da la gana. Las denuncias para los incumplimientos dicen que se tramitarán más rápido pero a día de hoy está todo igual que siempre. La situación ha llegado a un punto que es insostenible y el cambio de modelo turístico es urgente.

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