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Entrevista - Roberto Llamas, Director del Aeropuerto de Ibiza

«El aeropuerto está preparado para absorber 160.000 plazas más en agosto»

Roberto Llamas muestra el planel de control desde donde monitorizan las principales zonas del aeropuerto de Ibiza. | Daniel Espinosa

| Eivissa |

Roberto Llamas Bernabéu (Alicante, 1971) dirige el aeropuerto de Ibiza desde abril de 2013. Este ingeniero industrial, defensor de la gestión colaborativa y transparente de la terminal, se muestra plenamente satisfecho del balance de una temporada de récord a nivel de pasajeros y aeronaves que, resalta, no habría sido posible sin el esfuerzo y la dedicación del personal que tiene a su cargo.

—¿Cómo ha evolucionado la operatividad a nivel interno del aeropuerto para absorber a más de 7 millones de pasajeros este año?
—Vendría un poco enlazado a lo que es el balance del verano. Hemos movido más pasajeros y más aeronaves que nunca y el funcionamiento en los meses centrales del año ha sido bastante bueno porque los niveles de satisfacción de nuestros pasajeros en las encuestas que les realizamos ha subido con respecto al año pasado [modelo de encuesta común a nivel internacional]. En dos años hemos pasado de 3.6 a 4 sobre una valoración de 1 a 5. Lo que hemos hecho este año es implantar un nuevo modelo de gestión colaborativa en tiempo real. Consiste en procurar que todos los actores aeroportuarios participen en la planificación y la monitorización de los procesos aeroportuarios. Aquí se incluyen los principales colectivos de Aena, con su equipo directivo a la cabeza, los responsables de las principales empresas que trabajan en el aeropuerto, agentes de handling, comerciales, el jefe de la torre de control, el responsable de la oficina de Meteo y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Todos ellos participan en la gestión de lo que va a pasar en un horizonte de tres días. Todo aquello que no se haya planificado no existe y es susceptible de retirarse. Lo hacemos así para actuar siempre de forma anticipada para evaluar el impacto de una actividad sobre los usuarios. Y todo esto basado además en criterios de transparencia. Todos los actores nos informan de lo que pasa en tiempo real en el aeropuerto. Todas las cartas están boca arriba porque, además, cada mañana nos reunimos para analizar lo que ha pasado el día anterior. Todo esto lo dirige un equipo de cinco personas, el ‘ejecutivo de servicio', que está las 24 horas en el aeropuerto.

—¿Este nuevo modelo se ha implantado previendo el considerable aumento de pasajeros y aeronaves en la terminal?
—Sí, desde luego esto facilita mucho y agiliza el funcionamiento del aeropuerto en tiempo real. Provoca que todos los procesos interrelacionados del aeropuerto funcionen de forma sincronizada, con lo cual a mayor actividad mayor dependencia de un sistema colaborativo como este. Lo comenzamos el verano anterior pero con la figura del ejecutivo de servicio lo hemos consolidado.

—¿Por qué momento atraviesa la infraestructura?
—En octubre hemos subido un 33% respecto al año pasado, lo cual es muy importante. En abril subimos un 15%, en mayo un 21%, en junio un 15%, en julio un 11%, en agosto un 7%, en septiembre un 15% y en octubre un 33%. Hemos subido porcentualmente más en los inicios y finales del verano. Nunca antes habíamos llegado a la cifra de 7 millones de pasajeros. A pesar de ese incremento cuando la instalación se pone a prueba el funcionamiento ha sido bueno. Todo esto es gracias al trabajo de todos los profesionales del aeropuerto que llevan temporada tras temporada superando cada verano y poco a poco siendo cada vez más fuertes. Todavía hay márgenes para seguir creciendo, sobre todo en los extremos. Por poner un ejemplo, en octubre hemos crecido un 33% moviendo 650.000 pasajeros, pero es que en agosto llegamos a 1,4 millones.

—¿Pero está preparado el aeropuerto para mover en octubre un volumen similar de pasajeros que en agosto?
—Sí, exacto. Incluso en agosto hay margen para crecer: si los sábados y domingos movemos hasta 60.000 pasajeros, también podríamos de lunes a viernes y por la noche, que es cuando baja. Si todos los días de agosto fuesen sábado habría un posible incremento de 40.000 asientos más a la semana, que serían 160.000 plazas más en agosto. El aeropuerto está preparado para absorber en octubre las cifras de agosto, pero es utópico pensar que en los 12 meses pudiéramos mover 1,4 millones de pasajeros. Es inverosímil y surrealista. Es verdad que cuando llega el invierno cerramos parte de la infraestructura por una cuestión energética y medioambiental. Tratamos de consumir la menor electricidad posible atenuando la iluminación y la climatización, también en una parte del aparcamiento.

—¿Se han visto desbordados en algún momento o ha habido alguna situación de colapso?
—El año pasado cuando vislumbramos un posible crecimiento nos pusimos en el caso más exhaustivo. Hicimos un ejercicio de planificación y refuerzo de nuestro servicio, sobre todo en seguridad y limpieza. Y destinamos más recursos en esos servicios que podían ser vulnerables. También en Aena nos dotamos de algo más de personal y en base a esto el verano, especialmente julio y agosto, ha funcionado de maravilla. Ha habido continuamente fluidez en el paso de pasajeros y aeronaves. No hemos tenido grandes colapsos.

—¿Se ha producido alguna emergencia a nivel técnico o incidentes con pasajeros?
—No hemos tenido ninguna activación este año a nivel de emergencia. El verano anterior hubo un avión parado 45 minutos por una avería. Pero este verano no hemos tenido ningún susto. A nivel de pasajeros conflictivos en verano los hemos tenido todos los días y nos hacen activar a la Guardia Civil, sobre todo pasajeros que han consumido alcohol. De esos, todos los días uno, dos o tres.

—¿Aumenta el personal del aeropuerto al mismo ritmo que el de pasajeros?
—En verano llegamos a contabilizar en el aeropuerto 4.500 acreditaciones de trabajadores y confluyen 150 empresas diferentes. Aena tenemos una plantilla en torno a 190 trabajadores, que es algo más en verano y algo menos en invierno. Nosotros somos el gestor aeroportuario pero luego tenemos muchas empresas contratadas, sobre todo en handling, que tienen mucha temporalidad. Nuestra plantilla es bastante constante y alguno de los colectivos se refuerza en verano. Desde 2014 tenemos 10 personas más en temporada alta.

—¿Cómo ha ido la temporada en cuanto a jets privados?
—Ha aumentado en torno un 5%, pero no en el porcentaje que lo ha hecho la aviación comercial, que ha subido un 15% a cierre de octubre.

—Sin embargo, ¿sigue haciendo falta esa ampliación de la plataforma para jets?
—Sí, seguimos trabajando con un proyecto que tiene una inversión de 7,7 millones de euros y en cuanto tengamos aprobada la tramitación ambiental podremos empezar a ejecutarla, después del verano que viene seguramente. Con la ampliación se ofrecerá también un nuevo servicio de un acceso directo en la calle de rodaje para las aeronaves.

—¿En qué medida se ha visto afectado el proyecto por la conservación de elementos patrimoniales?
—Un proyecto es la demolición y posterior ampliación de la plataforma de aviación general, donde no hay elementos patrimoniales, y el otro es de adecuación de parcelas expropiadas. Lo que vamos a hacer aquí es limpiar toda esa zona de naves abandonadas, que dan mala imagen al turista, y demolerla. Aquí es donde hay albercas, molinos, corrales, y lo que hemos hecho es respetar todos esos elementos salvándonos con el drenaje. La tramitación ambiental vale para los dos proyectos. Por la información que tenemos, saldrá en breve adelante.

—A nivel económico, ¿qué supone para el aeropuerto la aviación privada?
—El interés del aeropuerto es adecuar su infraestructura a la demanda potencial del destino. Tenemos que adelantarnos a la demanda del perfil que hay, en este caso de aviación privada, más que por una cuestión de negocio.

—A pesar de eso, el aeropuerto de Ibiza debe ser de los más rentables a nivel nacional.
—Sí, es de los aeropuertos rentables de la red de Aena, de lo cual nos sentimos profundamente orgullosos. Y es gracias al trabajo de todos los empleados, el aeropuerto sale adelante por el trabajo de los que hay en el ‘back office'.

—¿Se va a acometer alguna reforma en los accesos, las partes ajardinadas, el aparcamiento o el carril de carga y descarga?
—Nosotros cada año nos reunimos con el comité de transportes: instituciones locales y representantes de taxis y autobuses discrecional. Miramos qué actuaciones podemos hacer para mejorar la operativa en los viales y aparcamientos. Aena lo que nos encargamos es de ordenar el territorio en función de lo que ellos nos dicen. Este año un aspecto fundamental era la presencia de Policía Local y en los meses centrales lo hemos conseguido. Estamos profundamente agradecidos al Ayuntamiento de Sant Josep. En el momento que ha habido Policía Local en el aeropuerto todo ha funcionado con absoluta fluidez.

—Los taxis legales piden más contundencia para atajar la presencia de piratas en el aeropuerto.
—En ese comité de transportes hablamos mucho de este tema, la función de Aena es colaborar al máximo con las instituciones locales que tiene competencia en transporte terrestre. Nosotros no podemos regular ni inspeccionar, pero sí poner a disposición los medios que tengamos a nuestro alcance, en eso colaboramos con policía local y Guardia Civil. Un aspecto fundamental que ha colaborado en que haya disminuido la actividad ilegal es más presencia de Policía Local y de Guardia Civil. A más policía menos actividad ilegal.

—También ha habido quejas por parte de empresas de autobuses por la falta de espacio en el aparcamiento por la ocupación por parte de furgonetas privadas.
—Sí, hay momentos muy puntuales en el cual se llegan a copar la totalidad de aparcamientos para autobuses. Con respecto a estas furgonetas, el aeropuerto da permisos para aparcar en ciertas zonas a las que están dadas de alta en el Consell, y solo ellos pueden aparcar enfrente de la parada de taxis. Si para de forma irregular otro tipo de vehículos, es la policía local quien lo vigila. Su presencia ha hecho que haya ido mucho mejor, pero seguimos analizando si es necesario ampliar esa plataforma ante la tendencia de utilizar más microbuses.

—¿Cuáles son los retos del aeropuerto a medio y largo plazo?
—El reto principal es seguir incrementando el nivel de satisfacción del pasajero. Para ello hemos creado el programa ‘Smile Airport' (aeropuerto sonriente), para tratar de ser todavía más amables con el pasajero. Tenemos en marcha un plan de calidad que recoge la opinión de los trabajadores para realizar actuaciones encaminadas a ello. Ahora vamos a poner unas estaciones de carga en la zona de embarque, unos mueblecitos donde conectar tu móvil para cargar, y nos lo demandan en las encuestas. El año pasado pusimos un parque infantil, en invierno queremos que el aeropuerto sea de los residentes de Ibiza.

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