El profesor de l'Escola Universitària de Turisme d'Eivissa José Ramon Cardona y la investigadora de Economía de la Empresa en la UIB María del Carmen Azpelicueta presentaron ayer el Anuario del Turismo de Balears 2016, que en su apartado sobre la isla de Ibiza aborda las ventajas y los inconvenientes que aporta la industria del ocio.
El éxito del sector, sostienen los coautores de los epígrafes dedicados a las Pitiusas, se fundamenta en «empresarios y establecimientos con una larga trayectoria y una importante política de reinversión e innovación». Pero su mayor relevancia, subraya el texto, se encuentra «en su capacidad de atraer turistas».
El turismo clubber «es el principal complemento del turismo de sol y playa», explican Cardona y Azpilicueta, y juntos «representan la mayor parte del negocio turístico de la isla».
La diferenciación que ha logrado durante las últimas décadas la isla en su oferta de ocio «permite aumentar la resistencia de la economía local en caso de crisis económica mundial», precisa el diagnóstico de ambos expertos, quienes advierten de que «si Ibiza dejara de ser referente mundial en discotecas», incluso aunque mantuviera una oferta de ocio nocturno equivalente a la de otros destinos, «perdería gran parte de la diferenciación y con ella las ventajas económicas implícitas». «Por lo tanto, la principal ventaja de las discotecas es el valor añadido que aportan a la localidad y la consecuente mayor demanda, precios e ingresos que permite al conjunto de la isla», subrayan.
Para Cardona y Azpilicueta, «no parece demasiado sensato dificultar un sector en el que Ibiza es líder mundial».
El principal inconveniente del ocio nocturno, según explican en el Anuario, «son los impactos negativos que genera sobre los residentes situados cerca de los establecimientos», y citan «los ruidos y luces que impiden el descanso de los vecinos; atascos de tráfico y problemas para aparcar; o clientes que continúan la fiesta en la calle».
El balance entre los pros y los contras es «casi de empate técnico para los residentes», sostienen los investigadores, quienes apuestan por «potenciar» los elementos positivos del sector y «reducir» los elementos negativos para hacer esta oferta sostenible. «En otro caso, la oferta de ocio nocturno decaerá e Ibiza perderá este elemento como característica diferenciadora», concluyen.