Una fotografía de la torre Rovira, cerca de Cala Compte, de Mario Ponce Murillo que, en realidad, es un apilado de 25 fotografías de 2 minutos de exposición cada una. Una técnica de fotografía nocturna que se denomina circumpolar. «Para conseguir la imagen, el fotógrafo debe de localizar la estrella polar, y una vez incluida en el encuadre se realizan exposiciones lo suficientemente largas como para captar las trazas circulares que aporta la
rotación de la Tierra sobre el eje imaginario de la misma». La nebulosa de colores ubicada a la derecha de la imagen corresponde a «las luces de la ciudad reflejadas en las nubes», según su autor quien considera que, «en Ibiza hay mucha afición a la fotografía nocturna. Se pasa frío, pero cuando haces esa fotografía que tienes en mente, sientes que vale la pena».
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