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Entrevista | ANDY McKAY, CEO y fundador de Ibiza Rocks Group

«La isla de Ibiza se está volviendo cada vez más cara porque estamos siendo muy codiciosos»

Imagen promocional del británico Andy McKay, fundador del mayor referente a nivel de conciertos en directo que hay en la isla de Ibiza. | JOSE ANT. ESCANDELL MARI

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Para todos aquellos a los que no les gusta la música electrónica y se decanten por el rock y el pop de origen británico Ibiza sigue teniendo algo parecido a la aldea gala de Astérix. Un lugar que permanece inalterable en Sant Antoni desde hace más de una década y que lleva por nombre Ibiza Rocks. El culpable de ello es el británico Andy McKay, un empresario que inició Manumisión en Manchester y que tras conseguir un gran éxito trasladó el mismo concepto hasta nuestra isla junto a su mujer, Dawn Hindle. Años después, con el paso del tiempo, lo que parecía una apuesta muy arriesgada se ha convertido en un referente en el verano pitiuso gracias a la presencia temporada tras temporada junto a su ya legendaria pisicina de artistas de primer nivel. Además, este año, McKay y los suyos dan un giro más e Ibiza Rocks innova cambiando las horas centrales de sus eventos principales, prolongándolas desde las 14.00 a las 21.00 horas.

—Ibiza Rocks ya lleva más de una década de éxito. ¿Qué planean para este año?
—¡Este año es el de la pool party! El año pasado experimentamos cambiando las horas centrales de entretenimiento en nuestro hotel con el evento de Craig David y tuvo tanto éxito que para 2017 hemos decidido que nuestros eventos principales se celebren desde las 14.00 a las 21.00 horas más o menos. Este cambio refleja los gustos de los jóvenes actualmente, más conscientes de la salud, y que prefieren estar despiertos durante el día antes que estar recuperándose de la noche anterior. Además, estas horas son más compatibles con las normativas de ruidos y hay mucha menos competencia.

—¿Cómo nació Ibiza Rocks?
—A partir del sentimiento de que Ibiza estaba envejeciendo y era importante mantener la influencia de los veinteañeros porque la moda del VIP se olvida del valor del grupo de edad natural de los clubs. Además, nació de la energía, de la constante evolución y de las ganas de redescubrir.

—¿Por qué eligieron la isla de Ibiza y Sant Antoni?
—Para mi Sant Antoni siempre ha sido el alma de la escena del ocio de Ibiza y la salud y longevidad de la isla está completamente conectada a la salud de Sant Antoni. Estoy disfrutando de ver el ascenso del pueblo de nuevo y de la dirección que está tomando hacia un mayor equilibrio entre la vida y el trabajo de los residentes del pueblo. En Ibiza Rocks Hotel hemos invertido en mejorar las habitaciones y las instalaciones y lógicamente hemos incrementado los precios. Aún así, estamos viendo los beneficios de una mejor calidad con un huésped joven con mayor poder económico. Veo un pueblo que en el futuro va a llenar las camas, más por calidad que por precio.

—¿Por qué dan conciertos en torno a una piscina? Su piscina se ha convertido en un referente a nivel mundial...
—Tenemos que jugar a ser únicos en Ibiza. La gente puede disfrutar de eventos de interior en cualquier parte del mundo pero la magia de un evento abierto al exterior y alrededor de una piscina es el sueño por el que nuestros clientes trabajan duro las restantes 51 semanas del año.

—Crearon una idea que no había hasta entonces en la isla, música en directo de grupos muy conocidos en Gran Bretaña. ¿Han marcado un antes y un después en la historia de los conciertos en Ibiza?
—El secreto está en la evolución y el cambio y este año, para adaptarnos al nuevo futuro, nuestros conciertos van a seguir el formato pool party terminando antes de las 23.00 horas. Somos una empresa creativa y siempre hemos sido innovadores. Todo el concepto de «hotel de eventos» fue idea nuestra y estoy muy orgulloso de lo que hemos conseguido en la nueva economía del entretenimiento previo a la medianoche. La música en directo es cultura y, en mi opinión, muy necesaria en la isla. En este momento mantenemos nuestros eventos de música en directo con pérdidas porque creemos que son el corazón de nuestra marca y nuestro punto diferencial. Somos muy afortunados de estar en una posición donde nuestra actividad de eventos es principalmente una actividad de marketing que nos permite continuar vendiendo nuestras camas. Además, estoy orgulloso de que ofrezcamos tantos eventos culturales que sin nosotros no tendrían cabida en esta isla de djs y música dance.

—De los grupos que han venido, ¿hay alguno del que se sienta especialmente orgulloso?
—Arctic Monkeys. Fueron y son una banda enorme que definieron la escena cultural que estábamos conquistando en esta isla. El significado cultural de ese evento creo que va a ser más revelador cuando Sant Antoni reclame su verdadero lugar en Ibiza durante los próximos años.

—Algunos grupos vinieron cuando no eran muy conocidos y ahora son superventas. ¿Se sienten un poco partícipes de su éxito?
—Intentamos hacer lo mejor posible cuando contratamos bandas que aún no son tan conocidas. Ibiza Rocks se ha convertido en una parte importante en el desarrollo de nuevos artistas ya que en muchos casos dan aquí su primer concierto fuera de su país. Hay muchos de los teloneros que han llegado a ser estrellas mundiales como Ed Sheeran, Calvin Harris, Tinie Tempah, Disclosure, Example, London Gramar, Rag n Bone man... Por eso animaría a la gente a que viera los conciertos de las bandas teloneras porque es donde ocurre la magia y porque ahora algunos llenan estadios.

—¿Cómo se imaginan dentro de otros diez años? ¿Quieren seguir estando al pie del cañón o ya tienen previsto otros proyectos?
—Ahora tenemos nuestro buque insignia en el Ibiza Rocks Hotel y estamos muy orgullosos de ello. Creo que ha llegado el momento de vender esa experiencia a otros lugares del mundo y así impulsar Ibiza y Sant Antoni en particular a un creciente mercado global.

—Después de 12 años, ¿Ibiza ha cambiado mucho? ¿El giro de la isla hacia un turismo cada vez más de lujo afecta a Ibiza Rocks o ya tiene unos clientes muy concretos y fieles?
—Aunque el mercado joven está disminuyendo nosotros seguimos siendo el líder de este sector, creciendo cada año. La isla necesita equilibrio y cuanto más se convierte en VIP y menos apoya a los veinteañeros, más importante se vuelve ese recurso para la isla. El ecosistema de la isla está desequilibrado y eso es peligroso para todos. No cada hotel necesita ser pintado de blanco, no todos los chiringuitos de la playa necesitan convertirse en un caro beach club y la isla ahora necesita más hoteles de calidad de 4 estrellas más que de 5.

—Hay quien les achaca que son un producto muy pensado para extranjeros. ¿Cómo se pueden acercar a los residentes en Ibiza todo el año?
—Somos una empresa que vendemos vacaciones a personas que por definición son extranjeros. Si mi objetivo fueran los residentes de la isla no estaríamos trayendo dinero a la economía. Ya ofrecemos descuentos del 50% o incluso entrada gratuita a los residentes y nos encantaría alargar la temporada pero con Ibiza Rocks Hotel nuestro objetivo es el turismo y turistas de todas las nacionalidades. Como promotor más grande de música en directo de la isla, nos encantaría ofrecer música en directo durante el invierno y si podemos encontrar una manera de no perder dinero lo haremos. También con nuestro otro hotel, Pikes, estamos mucho más enfocados a residentes y nos apetece mucho que dure todo el año si es posible ya que está dirigido a un mercado de mayores de 35 sin estar centrado en lo VIP.

—¿Como británico, que opina cuando dicen que los turistas de su país no son precisamente los mejores para la isla?
—Para ser sincero, creo que estos comentarios están basados en un mal entendimiento. El mercado británico es el mayor de la isla y, por mi experiencia son una de las nacionalidades que mejor gasta. Creo firmemente que cada uno tiene los turistas que se merece y que cada uno dicta su comportamiento por cómo les tratas y por el ambiente que ofreces. El mismo cliente que bebe en el West End también va a Pacha y Ushuaïa, aunque sólo se comporta en consecuencia. Si tu diriges un establecimiento en el que no has invertido en 40 años y solo compites en precio y haciendo ofertas de todo el alcohol incluido, sinceramente, el problema eres tu y no el turista. Los turistas cambian cada año pero los propietarios y los residentes son más constantes.

—¿Entonces qué propone?
—Pues mejoras que vengan con los propietarios y residentes, ofreciendo un mejor producto y un mejor tratamiento a los turistas. Todos tenemos que dejar de quejarnos y hacer lo que podamos para hacer de la isla un lugar mejor.

—¿Cómo nos ven en Inglaterra?
—Los británicos en todos los segmentos de mercado aman Ibiza. Se ha tambaleado su imagen de ser solo un lugar de fiesta o de turismo de baja calidad pero no es cierto porque Ibiza es el destino ideal para los ricos, el lugar donde ir para el wellness y el capitolio del entretenimiento de Europa. Su posición actual en el mercado es genial.

—¿Para usted cual cree que es el problema?
—La isla se está volviendo demasiado cara y estamos siendo codiciosos. Cuando miro cómo hemos incrementado el precio de nuestras habitaciones me siento también parte del problema. Mi opinión es que cualquier aumento de la inflación dará lugar a un alto riesgo de que Ibiza pierda poder adquisitivo ya que hay que reconocer que el producto está sobrevalorado en la mayoría de los casos ahora y si la demanda disminuye habrá un problema.

—Vamos cada vez más a lo VIP...
—El mercado VIP no es el mercado importante y todos tendríamos que recordarlo. No creo que de ninguna forma sea correcto que una cerveza en una barra cualquiera en un club cueste 15 euros. Mucha gente quiere que los turistas jóvenes sean mayores de 30 con alto poder adquisitivo pero el ecosistema no lo va a soportar y si disparamos los precios y los de veintitantos y los trabajadores no se pueden permitir alquilar una habitación vamos a tener un problema.

—Parece que no le escuchan demasiado...
—No lo se, pero lo importante es que Sant Antoni actualice su oferta para todos los mercados mientras resiste los excesos del trastorno VIP que ha infectado la mayoría de la isla.

—¿En qué momento cambió todo?
—La industria del turismo es un proyecto y la actual generación de grandes fortunas de la isla se enamoró de ibiza en los años 80 y 90 ¡cuando tenían 20 años! El inicio del proyecto y, por lo tanto, el verdadero poder, se encuentra en Sant Antoni y creo que es hora de que el pueblo en su conjunto se de cuenta de su verdadero valor, fuerza y lo más importante, su responsabilidad. El objetivo no es perder a los jóvenes sino todo lo contrario, mantenerlos intentando que regresen durante toda su vida.

—El Ayuntamiento de Sant Antoni está intentando tomar medidas para parar cierto turismo de borrachera, botellón y desfase. Además quieren limitar el volumen de los conciertos. ¿Puede acabar afectando a Ibiza Rocks?
—Todo tiene su lado bueno y su lado malo. El reto es siempre conseguir el equilibrio. El turismo de ‘bebe todo lo que puedas' no ayuda a nadie, pero tampoco lo hacen las protestas abiertas en la calle o los carteristas. Las leyes deben ser aplicadas y tendría que haber las mismas reglas para todos. Sin embargo, al mismo tiempo es importante reconocer que algunas leyes no sirven a su propósito y deberían ser modificadas para que lo hagan y no aplicarlas a la fuerza hasta que estén arregladas. Creo que es importante que en una isla tan pequeña las leyes se apliquen uniformemente a través de los municipios, ya que de lo contrario la economía de un área puede sufrir las consecuencias.

—¿Qué me dice de la limitación del volumen?
—No creo que el Ayuntamiento quiera limitar el volumen de nuestros conciertos. Simplemente creo que ellos desean que operemos acorde con las normativas de ruido que existen. Modificando nuestros horarios para voluntariamente finalizar las actividades a las 23.00 horas e invirtiendo significativamente en tecnologías de reducción del ruido e infraestructuras, nos ajustamos a la ley en cuanto a niveles de ruido. En un nivel más filosófico, me preocupan las implicaciones que estas leyes siendo impuestas rigurosamente a lo largo de la isla ya que la mayoría de la gente no tiene un muro de más de 16 metros cerrando su propiedad.

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