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Enrique Gómez: «Los datos de robos y delincuencia han bajado pero a una víctima no le vale la fría estadística»

Entrevista a Enrique Gómez Bastida, comandante jefe de la Compañía de la Guardia Civil de Ibiza y Formentera

Enrique Gómez Bastida, comandante jefe de la Compañía de la Guardia Civil de Ibiza y Formentera, durante la entrevista.

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El comandante Enrique Gómez Bastida ha estado destinado en puntos como Salou, Madrid, en la Unidad Central Operativa (UCO) o Kabul (Afganistán), pero es tajante a la hora de afirmar que actualmente es «el comandante con el mejor destino de toda España»: jefe de Compañía de la Guardia Civil de Ibiza y Formentera. Nació en Cartagena en 1977 pero es «gallego de Narón». Asegura tener la «mejor profesión del mundo» y que siempre ha tenido suerte con los destinos. A día de hoy no se cambia por ningún comandante pero aspira a ascender y ello conllevará su marcha de Ibiza. Eso sí, se muestra seguro a la hora de afirmar que el cuartel de Sant Josep será una realidad en un futuro próximo: «Yo estoy convencido de que se construirá». Tras pasar por policía judicial y seguridad ciudadana, comandó la operación Puerto contra el dopping. Ahora su cometido es comandar la Compañía de Ibiza y Formentera con los mimbres de que dispone: «Nunca he dicho, ni en público ni en privado, que me falte plantilla», subraya.

En breve se cumplirá un año de su llegada, la temporada de verano ya ha quedado atrás, ¿qué balance hace de estos meses?
—La realidad es que llegué en diciembre del año pasado y no conocía mucho la situación de la isla más allá de los problemas propios de una zona turística con un pico muy elevado de entrada de gente en verano. Me ha sorprendido y me quedo con la hospitalidad de sus gentes. Respecto a los resultados, hay unos picos de casos en verano pero durante el año, en colaboración con las policías locales, hemos establecido una serie de dispositivos de prevención contra el robo en viviendas, principalmente en Sant Josep y Formemtera, que se han traducido en una reducción muy fuerte de los casos.

En el caso de Formentera, la alarma venía por un robo que acabó con el incendio de la vivienda.
—Los robos en vivienda es lo que más preocupa a la gente y el incendio de la casa de uno es un perjuicio añadido. Cada robo es una víctima y al que le han robado y quemado su casa le da lo mismo que las estadísticas digan que han bajado los delitos. Es obsceno decir que se roba menos. Lo que la gente quiere es que no les roben. Los datos son orientativos para nosotros para saber dónde poner el foco.

¿Saber dónde poner el foco con una plantilla adecuada a las necesidades o limitada?
—Yo nunca he dicho públicamente ni en privado que me falte personal. Tener que dar cobertura a buena parte de la isla no es un problema, es una responsabilidad y mi cometido es gestionar lo que se tiene de una forma adecuada, aumentando las dotaciones en las zonas donde puede pasar o está pasando algo en colaboración con las policías locales, que tienen un alto grado de implicación y vamos mejorando año tras año. Hay que gestionar la plantilla que hay. Siempre habrá momentos en los que debido a los picos de turismo va a haber más incidencias y se trata de evitar que las cosas pasen. Yo, como ciudadano, prefiero que no me roben.

¿La prevención es la clave?
—Nosotros somos una Compañía de seguridad ciudadana. Nuestra labor principal es la prevención. No se trata de que se coja al que ha robado tu casa, sino que lo ideal es que no roben tu casa. El objetivo principal de todo lo que se hace en Ibiza es que las cosas no pasen. Incrementar la presencia policial debe ir encaminada a que no pasen cosas, no a cazar a los delincuentes. La Guardia Civil está para evitar que las cosas pasen.

Ir por delante de los delincuentes.
—Ese es el objetivo. El delito cero es imposible pero hay que trabajar para ello y reitero, la colaboración es fundamental. En una isla, los aeropuertos y puertos siempre son puntos clave. Este año pusimos en marcha un dispositivo en colaboración con el Consell, AENA y Sant Josep para identificación e interceptación de taxis piratas que ha dado unos resultados importantes.

¿Cuál es el balance de resultados de ese operativo especial?
—En números podemos decir que entre mayo y el 31 de septiembre se retiraron 113 vehículos e identificamos más de 200 personas. Es un operativo muy relevante porque los ‘taxi pirata', más allá de un problema de transporte, que evidentemente también lo es, lleva aparejados otros tipos de delitos como el tráfico de drogas, prostitución y delitos contra el patrimonio por robos. Creemos que este sistema y sus resultados han contribuido en parte al descenso de los robos. Ha sido el primer año y la colaboración y coordinación es fundamental con Consell, AENA y Ayuntamientos porque hay que disponer de unos depósitos para dejar los vehículos y otras gestiones. Más allá del centenar de coches retirados, estamos ante una gente que vienen a hacer su ‘particular temporada' con robos, hurtos, o traficando con toda clase de drogas.

Todos los años se llevan varios operativos contra el tráfico de drogas y este año, además, también han destacado los golpes contra el óxido nitroso.
—El óxido nitroso es una sustancia de comercialización legal siempre que tenga un fin legal. En el momento en que se destina al consumo humano inhalado pasa a ser una droga de abuso. La morfina se puede consumir de una forma legal bajo prescripción médica pero también tiene un uso ilícito. En el caso del gas de la risa dispusimos junto a la Policía Local dos grandes operaciones que supusieron la retirada del mercado de una gran cantidad de óxido nitroso. Se trata de una sustancia que genera varios problemas porque genera un consumo de droga en la vía pública muy visible. Esto, a su vez, genera que el que está vendiendo en la calle está horas allí y está ofreciendo y vendiendo otras drogas, generando así un problema de policonsumo en la vía pública. Esto es muy grave porque se da la sensación de que no se respeta la legalidad. Insisto, aunque se que el delito cero no existe, nuestra obligación es minimizarlo.

Consumo de drogas y alcohol que está detrás de alguna de las muertes registradas este verano en Sant Antoni.
—En Sant Antoni se han producido dos homicidios y varios ahogados en un contexto determinado. Las muertes están ahí y detrás de la mayoría de casos está el consumo de alcohol o drogas. A veces, el consumo de sustancias puede hacer que un hecho irrelevante acabe siendo relevante. Para minimizarlo, en agosto llevamos a cabo unos operativos en colaboración con la dirección insular y la Policía Local de Sant Antoni contra el óxido nitroso. Planteamos una presencia prácticamente fija en los puntos de conflictividad y eso permitió rebajar los delitos de orden público, aumentar el número de detenciones y se redujo el número de incidencias. Reitero y subrayo: la colaboración es clave.

Otro problema grave son las agresiones sexuales y los casos de violencia de género.
—El consumo de drogas y alcohol también afecta al incremento de casos de agresiones sexuales o violencia de género. Cuando más se pone de manifiesto en la opinión pública una serie de problemáticas que existen, más fácil es que la gente acuda a denunciar. Cuando surgió el caso de ‘La Manada' eso provocó que la gente denunciase o que una mujer se atreva a verbalizar unos hechos que antes no se hacían por vergüenza. Cuando un debate se introduce en la sociedad, se produce un aumento de las denuncias y eso es un aspecto positivo porque se pone de manifiesto una realidad existente. En los últimos años ha habido un incremento de las denuncias. Aunque existen unidades especializadas en estos asuntos, denunciar conlleva unos pasos duros: primero relatar la experiencia a un agente que no conoces, luego un procedimiento judicial y también poner de manifiesto ante tus familiares y amigos una realidad que en muchos casos desconocían. Denunciar conlleva un paso traumático, pero es clave.

Recogiendo una de sus ideas, lo importante es que las cosas no pasen...
—Así es. La prevención por delante.

¿El papel de un jefe de compañía es gestionar unos recursos y además estar en el día a día?
—Mi labor es gestionar para que la gente que está conmigo trabaje en las mejores condiciones y para ello tengo que facilitar la planificación de sus trabajos, la orientación del servicio. Es fundamental evitar duplicidades y para ello contamos con la colaboración de las policías locales. Tenemos una plantilla y no hay que plantearse limitaciones o problemas porque ningún vecino espera que la Guardia Civil plantee problemas, la Guardia Civil está para dar soluciones y eso empieza por el jefe de la Compañía: esa es mi labor.

Y hay que gestionar problemáticas diferentes entre puntos de la isla.
—Así es. Los problemas de Sant Antoni son diferentes a los de Sant Josep o Sant Joan. De problemáticas en cascos urbanos a uno en zonas de ocio como Platja d'en Bossa o las casas difuminadas de Sant Joan. Tenemos dos equipos de Seguridad Ciudadana que dependen directamente de la Compañía. Por un lado el Equipo Roca, atendiendo a los robos en viviendas, y por otro el Equipo Lince, que ha dado apoyo en dispositivos de orden público, persecución del óxido nitroso o ‘taxi pirata'. Se han reforzado y ha dado resultados en prevención y respuesta específica, reduciendo las cifras de criminalidad.

¿Y para cuándo el cuartel de Sant Josep?
—La creación del puesto principal de Sant Josep es necesario porque es una demarcación con una problemática muy específicas. Esperamos que la creación de la unidad específica de Sant Josep sea pronto y a partir de ahí el cuartel debería ser algo fácil porque todas las instituciones de Ibiza se han manifestado a favor. Son proyectos de largo recorrido con varias administraciones implicadas, pero estoy convencido de que al final se construirá.

¿Y usted lo verá?
—El tiempo dirá. No tengo previsto irme porque estoy muy bien aquí, pero espero ascender y cuando eso pase me tendré que marchar. Pero reitero, tengo la mejor profesión del mundo y estoy en el mejor destino. Lo digo sinceramente.

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