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Una escocesa que une Sant Joan con Tanzania

La artesana Valerie Anderson forma parte de la ONG Ruda UK, que colabora con el desarrollo de la región de Ruvuma

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Ruvuma es una región del sur de Tanzania que linda al oeste con Malaui y al sur con Mozambique. Su extensión es algo inferior a la de Castilla-La Mancha. Es una de las regiones más pobres del país por su falta de infraestructuras. No hay vías de tren, y se tarda unas 15 horas en autobús desde la capital del país, Dodoma. Un sitio casi como cualquier otro dentro de África, del que no tendríamos por qué saber nada en Ibiza. Y sin embargo, desde hace algunos años, los vecinos de Sant Joan tienen un enlace con una comunidad local.

El nexo improbable entre ambos lugares es Valerie Anderson. Una escocesa afincada en Sant Joan desde hace muchos años que forma parte de Ruda UK, una ONG escocesa que colabora con el desarrollo de la región. Valerie está muy implicada desde hace 6 años en un proyecto para la construcción de una escuela en la aldea de Namanditi.

A principios de 2007, la ONG inició la construcción del centro «clase por clase y con un dormitorio porque los escolares viven en zonas lejanas y no tienen la infraestructura para viajar cada día al cole», explica Anderson.

Al principio, el centro sólo tenía niños en circunstancias de severa pobreza, huérfanos o hijos de madres solteras que apadrinaban familias europeas. Cada curso se construyó un aula, y cada vez acogió más niños. Hoy es autosuficiente, con cerca 150 alumnos, 60 apadrinados. La ONG sigue apoyando el centro, entre otros proyectos que tiene en la zona.

Valerie dice que su labor es implicar a Sant Joan, su pueblo, en esta misión. Aquí tienen apadrinados a dos niños. «Marga de la farmacia tiene un niño apadrinado, yo tengo a otro junto a Toni de la biblioteca y la enfermera», detalla. Además, el CEIP Sant Joan de Labritja se ha hermanado a través de Valerie con el colegio de Namanditi. Las actividades, que organiza el departamento de inglés, ya forman parte del programa del centro y ella en marzo lleva las fotos, murales, cartas o vídeos que hacen los niños ibicencos. Después, cuando regresa, en torno a mayo o junio, trae consigo la correspondencia desde Ruvuma.

Eventos solidarios en el mercadillo

En mayo de 2016 organizó un evento benéfico en el mercadillo de Sant Joan con la colaboración de los organizadores. Se hicieron rifas, se instaló un puesto de artesanía y hubo una paella solidaria para recaudar 2.000 euros y hacer un sistema de recogida de agua de lluvia. Lo consiguieron con creces. «Pusimos unos tejados, canales y una cisterna al estilo ibicenco ya que fue una persona de aquí quien hizo el diseño». Además, se llevó el dinero allí y los trabajadores de la zona la construyeron. «Es muy importante involucrar a la población local porque es una tontería ir nosotros allí a construir sabiendo que ellos son perfectamente capaces de hacerlo».

Además, se proyectó realizar un evento similar en el mercadillo hace unas semanas que el consistorio no autorizó por problemas logísticos. Desde el equipo de gestión del mercadillo esperan que se pueda hacer en algún momento esta actividad, que mueve a todo el pueblo con un fin solidario.

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