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Trabajadores del polígono Can Bufí denuncian atascos excesivos por la situación de las calles

Dos turismos pasan a la vez por el estrechamiento de un tramo por el que habitualmente circulan camiones. | Daniel Espinosa

| Ibiza |

Exceso de tráfico, carreteras demasiado estrechas y poca señalización. Los transportistas y trabajadores de las empresas del polígono industrial Can Bufí, junto a Blanca Dona, se encuentran cada día con picos de circulación exagerados para lo que es una zona de estas características.

Muchos vehículo lo utilizan como atajo para no esperar en la rotonda de Blanca Dona. El problema es que tanto el acceso por la calle Río Orinoco desde la carretera E-731 (Sant Antoni-Ibiza), como la salida que da a la carretera E-20 que va hacia el aeropuerto, son tan estrechos que solo cabe un coche. Dos embudos que provocan atascos cada día y que todavía se han estrechado más debido a la tierra que se ha ido acumulando y la vegetación que ha crecido en estos tramos.

En la empresa Bedrinks, cuya puerta de acceso coincide con el estrechamiento del tramo que conecta con la carretera E-20, indican que casi a diario hay coches que rozan con la pared de la garita de control de acceso. El tramo tiene una señal que indica la estrechez de la vía y que da preferencia al acceso al polígono, sin embargo a veces los vehículos se impacientan e intentan pasar por un espacio en el que apenas cabe un camión.

Transportistas

Pero además de la impaciencia, el problema lo sufren sobre todo los transportistas profesionales que tienen que acceder a Can Bufí por motivos de trabajo. Por la noche se desplazan camiones de transporte de contenedores desde el puerto de Ibiza. En Marmoles Pol comentan que en ocasiones se juntan varias «plataformas», como llaman a estos camiones de transportes, que no tienen un aparcamiento adecuado para estacionar.

Cuando llegan de Barcelona o de Valencia por la noche se quedan esperando para entrar en el negocio al que tienen que ir, los vehículos que tienen que ceder el paso a veces no lo ceden y se arma un follón grande», explican en la recepción del negocio.

También en Hotelsa, una empresa de pastelería al por mayor, Rubén se queja de la dejadez que se encuentran en el polígono en muchos temas debido, dice, a que el polígono pertenece a tres ayuntamientos: Santa Eulària, Eivissa y Sant Josep.

Explica que muchos turismos que van a Sant Jordi o al aeropuerto se desvían en la rotonda de acceso a Can Bufí desde Sant Antoni por la calle Río Orinoco. «Esa es una calle estrecha de doble sentido que la gente usa como atajo para saltarse la rotonda de Blancadona y salir por Bedrinks y coger la autovía. Hubo un año que pusieron una señal de dirección prohibida. La señal no duró ni un día». La situación dice que provoca enfados, sobre todo en los transportistas, que van a trabajar y se encuentran con muchos retrasos.

La empresa de maderas CIMSA está justo en el acceso de la calle Río Orinoco. El encargado del reparto, Carlos, ve cada día como los coches pasan por esa calle «a más de 60». Frente al almacén se ve una señal de obra, sobre un trípode en el suelo, que indica la prohibición de ir a más 30 kilómetros por hora. Carlos dice que levanta del suelo casi a diario.

A apenas 50 metros, ya dentro del polígono, la carretera hace una “S” en la que Carlos dice que ha habido más de un accidente debido a la velocidad de los vehículos. Por otra parte, el estrechamiento de la calle Orinoco se debe en parte a la tierra acumulada en uno de los laterales sobre la que ha crecido la maleza. «Toda la tierra hasta el muro se podría quitar», indica, una medida con la que se facilitaría el paso. Además indica que debería haber alguna señal más.

Administraciones

Desde el ayuntamiento de Santa Eulària, municipio al que pertenece la calle, indican que son «conscientes de la existencia de tramos sensibles donde se estrecha esa calle». Apuntan que se está trabajando «en una actuación de reforma y mejora de la calle», sin embargo se están encontrando problemas debido a que los pasos más estrechos están en suelo rústico. «Estamos en conversaciones con varios propietarios de la zona por tal de poder obtener los espacios para solucionar el problema, pero todavía no tenemos nada cerrado». Así mismo indicaron que se encargará al departamento de tráfico que estudie las necesidades de señalización de este tramo y de la posibilidad de incluir algún elemento reductor de la velocidad.

Por su parte el Ayuntamiento de Vila, del que depende el otro acceso indicó que «la ampliación de este tramo no se puede hacer hasta que se apruebe el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Una vez aprobado los empresarios de la zona deberán redactar y presentar un plan parcial para adaptar las infraestructuras». Además apuntaron que no consta en los departamentos de Medi Ambient, Policia Local i Vies i Obres ninguna reclamación de mejora de la señalización en este punto.

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